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Estas joyas mudéjares vieron nacer a Isabel La Católica y son la mejor escapada del verano si quieres huir de la playa

Madrid, pese a su localización central, ofrece una red de conexiones que favorece escapadas de un solo día o de fin de semana. Esta posición permite acceder con facilidad a destinos con gran carga histórica y arquitectónica. Si bien las opciones son muchas, algunas destacan por lejos, como estas joyas mudéjares que están a punto de ser reveladas.

A menos de dos horas por carretera desde la capital, la comarca de La Moraña, presenta una opción distinta a los destinos costeros, por lo que es perfecta para quienes buscan escaparle a las playas en verano. Se trata de un territorio llano, cruzado por caminos rurales y campos de cereal, donde destacan dos núcleos urbanos con un alto valor histórico.

Así son las joyas mudéjares que vieron nacer a Isabel La Católica: perfectas para huir de la playa en verano

Entre los rincones imperdibles de verano, lejos de la playa, se encuentran Arévalo y Madrigal de las Altas Torres. Ambas joyas mudéjares están vinculadas con Isabel la Católica, cuyo paso por estos lugares dejó una huella imborrable.

Se sitúan en la comarca de La Moraña, al norte de la provincia de Ávila, y en su conjunto forman una ruta de relevancia histórica donde la arquitectura mudéjar alcanza expresiones destacables.

¿Cómo es Madrigal de las Altas Torres?

Situado a 131 kilómetros de Madrid, este municipio abulense conserva uno de los conjuntos amurallados mejor preservados del país. Su trazado urbano sigue encerrado por una muralla que en origen igualaba casi en longitud a la de Ávila. A pesar del retroceso demográfico, mantiene su importancia como enclave patrimonial.

Madrigal es el lugar de nacimiento de Isabel I de Castilla. El hecho histórico se produjo en el Monasterio de Nuestra Señora de Gracia, antiguo palacio real de Juan II, padre de la reina.

La construcción, que combina el ladrillo mudéjar con elementos góticos del siglo XVI, fue convertida en convento por orden del emperador Carlos V en 1521. Todavía conserva las estancias palaciegas originales.

Otros elementos destacables de esta localidad incluyen:

El patrimonio religioso y civil de Madrigal de las Altas Torres se suma a una actividad vitivinícola asociada a la DO Rueda, que añade interés para quienes quieran explorar más allá del ámbito monumental.

Arévalo, el imperdible municipio vecino de Madrigal

A 25 kilómetros de Madrigal, Arévalo comparte protagonismo en esta ruta. Fue aquí donde Isabel la Católica pasó su infancia y adolescencia. Residió en uno de los antiguos palacios de la ciudad, hoy desaparecido, en compañía de su madre y su séquito.

La arquitectura mudéjar vuelve a ser un punto clave en esta localidad. Destacan varias iglesias y edificaciones civiles construidas en ladrillo, muchas de ellas conservadas en buen estado. Algunas referencias obligadas son:

A todo esto se suma una oferta gastronómica centrada en productos locales. Arévalo es conocida por sus asadores, especializados en lechazo y cochinillo, así como por sus judías y garbanzos autóctonos.

¿Cómo se conecta Arévalo con Madrigal de las Altas Torres?

La Moraña, donde se ubican estas dos joyas mudéjares, se caracteriza por su paisaje llano, la arquitectura en tapial y la presencia de iglesias de estilo mudéjar. La influencia musulmana en la repoblación del territorio se refleja en la composición de sus edificaciones.

La ruta que conecta Arévalo con Madrigal de las Altas Torres puede recorrerse fácilmente en un día. Transita por carreteras secundarias como la CL-605, que atraviesa campos de cereal salpicados por pueblos pequeños con templos de ladrillo.

En algunos de ellos, como Narros del Castillo o Pajares de Adaja, se encuentran torres e iglesias que siguen la misma línea arquitectónica que las de las dos principales localidades.

Cabe recordar por último que la arquitectura mudéjar, basada en el uso del ladrillo, el yeso y la madera, no sólo responde a un estilo decorativo.

Es reflejo de un momento de convivencia y mestizaje cultural entre comunidades cristianas y musulmanas en la Península Ibérica. Arévalo y Madrigal son hoy los exponentes más claros de este fenómeno.