‘Estoy pensando en dejarlo’: la mejor película de 2020 está en Netflix

La industria del cine no se ha librado de los devastadores efectos de la pandemia sanitaria del coronavirus, teniendo que posponer sus mejores estrenos hasta 2021. Sin embargo, el séptimo arte ha encontrado su refugio en los servicios de streaming y Netflix se alza como la verdadera vencedora en lo que se refiere a estrenos de 2020.

Entre todas las películas que la plataforma de vídeo bajo demanda ha estrenado este año, ‘Estoy pensando en dejarlo’ se presenta como el mayor sello de calidad en mucho tiempo dentro de Netflix. Su repercusión no se ha hecho esperar, recibiendo galardones de la Asociación de Críticos de Boston y de Chicago. Un mérito alcanzado al desmarcarse de lo convencional para adentrarse en la onírica más envolvente, demostrando que también hay espacio en el streaming para lo no comercial.

La cinta nos cuenta la historia de una joven que, atormentada por la decadencia en la relación con su pareja, se ve obligada a conocer a sus padres. Sin embargo, lo que podría haber sido un simple drama romántico, no tarda en mostrar sus mejores plumas para cambiar por completo el tipo de narrativa, llevando al espectador por una propuesta tan enigmática como apasionante. Una adaptación de la novela homónima de Ian Reid que, a pesar de la gran legión de fans con la que contaba, opta por desmarcarse de la historia original.

Charlie Kaufman vuelve a demostrar su magia argumental

Charlie Kaufman ha demostrado con creces ser uno de los guionistas más relevantes de la industria hollywoodiense, rompiendo en cada estreno los esquemas de lo que cabría esperar del género romántico. Su obra más reconocida hasta la fecha, ‘Olvídate de mí’, se convirtió inmediatamente en miembro del cine de culto e hizo las delicias de aquellos que se habían cansado de las comedias románticas al uso. Ahora, convertido en director, vuelve a hacer de las suyas para sorprender a los suscriptores de Netflix.

En cuanto a la propuesta visual y narrativa de la película, nos encontramos inmediatamente con la prueba de que todavía es posible innovar en la manera de contar una historia. Por medio de la voz en off, miradas a cámara y un volumen de diálogos que estremecería al propio Tarantino, Kaufman nos regala un primer acto que va exactamente donde quiere ir. Mensajes como la apatía, la desilusión o el desenamoramiento quedan reflejados con un realismo abrumador.

Sin embargo, no es hasta el segundo acto cuando el director luce sus mejores galas. Lo que comienza como una historia de desamor, pasa a convertirse en un enigmático thriller psicológico cargado de onírica, como si de David Lynch se tratara. Las imponentes interpretaciones de David Thewills (‘Harry Potter y el prisionero de Azkaban’) y Toni Collete (‘Babadook’) son el complemento perfecto para una sucesión de secuencias que atrapan al espectador dentro de un ritmo desenfrenado.

Estamos ante el punto de partida de lo que es el resto del filme, cimentando los pasos que recorremos en el camino hacia el tercer acto. La conclusión de la película es una verdadera maravilla audiovisual, denotando un absoluto control sobre la estética en la composición, la carga emocional y la confianza en que sea el propio público el responsable de sacar sus propias conclusiones.

Así pues, Netflix ha confiado en las mejores manos la adaptación de la novela. ‘Estoy pensando en dejarlo’ no es una película más de la plataforma: es una declaración de intenciones para dotar de una calidad invaluable al streaming. Una muestra empírica de que la pequeña pantalla es capaz de dejar sin palabras a un espectador que, desde el sofá de su salón, cree haberlo visto ya todo.

La desolación en el mensaje de Kaufman

Puede que, a diferencia de la novela, Charlie Kaufman no haya querido dejar claro el final de ‘Estoy pensando en dejarlo’. La libre interpretación de los finales abiertos no siempre satisface las exigencias del público medio; sin embargo, la verdadera fuerza de la cinta de Netflix no radica en la explicación de su conclusión, sino en el duro mensaje que nos va transmitiendo de forma mordaz durante todo el metraje.

El inevitable paso del tiempo es la base que sostiene los cimientos de la cinta, denotando una desolación abrumadora en cada frase o escena que nos regala. La percepción de trascendencia vital que tiene el ser humano es una cuestión que mueve el mundo y Kaufman ha querido mostrar la irrelevancia de dicho concepto, mostrando que corremos el riesgo de perdernos la vida en un simple parpadeo.

Echar la mirada atrás y ver todo lo que no hemos vivido, dejando solo una serie de méritos que quedaron como mera utopía, es un claro reflejo de la intrascendencia vital. Todo ello, acompañado de un quiebre drástico de los clichés que supuestamente nos llenarían de regocijo. Un mensaje rompedor, contado de una forma revolucionaria, para el que no toda la audiencia de Netflix está preparada; sin embargo, estamos ante una de las mejores películas de 2020.