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Desde que en 1995 estrenase Toy Story, Pixar rozó el púlpito de los dioses en el terreno de la animación. La compañía, además de ser una pionera en los efectos digitales hechos por ordenador, comenzó a caracterizarse por imprimir una fuerte dosis de madurez y complejidad a sus historias, convirtiendo el prejuicio del formato que adolecía continuamente de ser catalogado como “cine para niños” a ser “un cine familiar” que podía disfrutar cualquier adulto.
De esta forma, la empresa fue encadenando tramas y personajes que huían de los estereotipos a los que nos tenía acostumbrados Disney, característica que más tarde replicó su principal competidora Dreamworks. Tras Buscando a Nemo, Wall-E, Bichos, Up o Los increíbles, la crítica se rendía ante el derroche imaginativo que partía de influencia adultas y salvo algún traspié sin importancia, durante más de dos décadas no perdió ni un ápice de la frescura y del atrevimiento que tanto le caracterizaba. La cúspide de sus rocambolescos giros creativos llegó su máximo esplendor con Del revés. Narrar un Coming of age desde la perspectiva de los sentimientos internos de una adolescente es algo que nadie se esperaba, pero a Pixar todavía le quedaba un grado metafísico mayor a través del estreno de Soul.
Sin embargo, después de la pandemia, Pixar no ha sabido volver a conectar con su público ni atraerlo a las salas de cine. Luca y Red fueron directas a Disney + pero con Lightyear, las expectativas sí que estaban altas a nivel de recaudación. El spin-off de Toy Story contaba con un presupuesto de 200 millones de dólares y terminó cosechando 260, una cantidad insuficiente ni tan siquiera para cubrir la partida presupuestaria de la promoción internacional. Por otro lado, Elemental llegó a la cartelera estadounidense el fin de semana pasado convirtiéndose en el peor estreno de la historia de Pixar.
Ahora, llegamos a un punto en el que aunque seguirá produciendo contenido original, el estudio del flexo recurrirá Toy Story 5 y Del revés 2 para dejar de devaluar la marca si sigue generando largometrajes que no terminen de mantener el nivel al que tan acostumbrados nos tenía el equipo de Pete Docter, quien anticipaba hace algunos días la senda filmográfica futura de la compañía: “Creo que es esencial para nosotros desarrollar nuevas historias originales, que son más difíciles de publicitar, más difíciles de hacer que la gente se entusiasme por ir a verlas. Pero creo que el público se lo merece”.