Luque se exhibe y triunfa junto a Talavante en Colmenar Viejo

Talavante
Alejandro Talavante exhibe una oreja cortada en Las Ventas (Foto: Efe).

El diestro Daniel Luque ha ofrecido este lunes en Colmenar Viejo (Madrid) una auténtica exhibición de firmeza y buen toreo, lo que le ha permitido salir a hombros junto a Alejandro Talavante, que, a diferencia del sevillano, estuvo a medio gas para conseguir un triunfo más amable y de escasa sustancia.

Hubo que esperar al sexto para ver lo mejor de una corrida, que, hasta ese momento, había discurrido sin pena ni gloria pese a las dos orejitas, una de cada toro de su lote, que ya había paseado Talavante.

Pero ese último toro de la corrida fue el único encastado de verdad de un envío muy escaso de todo de Zacarías Moreno, pero fue un toro que, lejos de entregarse, tuvo su «guasa», viniéndose muy cruzado en los capotes -se llevó por delante a los banderilleros Raúl Caricol y Juan Contreras- y sin regalar absolutamente nada.

Un toro para apostar y para estar muy firme con él; y Luque, que anda en un momento soberbio, así lo hizo para, sin dudarle en ningún momento y muy asentado sobre la arena, demostrar desde el primer momento quién mandaba ahí.

Y vaya si lo hizo, en un auténtico recital de dominio por parte del sevillano, que hasta pareció limar las asperezas del de Zacarías Moreno para acabar toreándolo con un aplomo y una suficiencia abismal; y firmando también pasajes extraordinarios, mejor si cabe al natural, por donde llegó a pasárselo realmente cerca.

La gente disfrutó de lo lindo con él, también con las luquecinas finales y un estoconazo hasta las cintas. La exhibición fue tal que las dos orejas fueron indiscutibles, lo que ya pareció algo desmesurado fue la vuelta a ruedo al toro.

A pies juntos y a cámara lenta recibió Talavante al segundo, un toro al que no hicieron sangre ni para un análisis en el caballo y que, así y todo, llegó apagadito al último tercio, pero dejándose lo suficiente para que el extremeño lo pasara sobre ambas manos en una faena correcta sin más, pero a la que le faltó un plus más de fibra y, sobre todo, mejor rúbrica con la espada. Cortó una orejita.

El quinto fue el otro toro de la corrida que se movió, aun sin humillar y sin finales en sus embestidas; y Talavante volvió a estar de aquí para allá, fácil, aunque sin lograr más que algún que otro muletazo suelto de cierto buen aire, pero sin calentar el ambiente en ningún momento. Pero como la espada entró a la primera logró el trofeo que le hacía falta para abrir una generosa Puerta Grande.

Nada pudo hacer Morante con el inválido que abrió la corrida, un toro que ya en los capotes se afligió y que no tuvo ni un solo pase en la muleta. Con semejante panorama, el sevillano le quitó las moscas levemente y a otra cosa.

La maldición que parece perseguir a Morante para que no le embistan los toros continuo el cuarto, otro animal vacío, sin fuerzas y muy descastado, y con el que el de La Puebla hizo un notable esfuerzo para ir metiéndolo poco a poco en el canasto hasta conseguir momentos realmente bellos sobre la mano derecha. Fueron pinceladas sueltas, sí, pero con ese sello de distinción que solo Morante posee.

Daniel Luque sacó agua de un pozo vacío ante un tercero moribundo que, a base de temple y de cuidarlo en todas las fases de su lidia, consiguió extraerle varios naturales aislados de buen trazo. Evidentemente no fue faena triunfal, pero sí de un torero con oficio capaz de sacar lo máximo de cualquier toro que le toque.

Ficha del Festejo

Seis toros de Zacarías Moreno, muy desiguales de hechuras, caras y remates, blandos y descastados. El encastado sexto, de nombre «Mocito», número 24, negro de capa de 562 kilos y nacido en octubre de 2017, fue premiado con una generosa vuelta al ruedo en el arrastre.

Morante de la Puebla (catafalco y oro): pinchazo y estocada desprendida (silencio); pinchazo y casi entera muy baja (ovación).

Alejandro Talavante (gris perla y oro): bajonazo (oreja); estocada muy trasera y caída (oreja).

Daniel Luque (azul azafata y oro): estocada trasera y desprendida, y descabello (ovación); gran estocada (dos orejas).

En cuadrillas, Juan Contreras y Alberto Zayas saludaron tras banderillear al sexto.

La plaza registró algo más de media entrada.

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