Álvaro Lorenzo y Curro Díaz cortan una oreja en Las Ventas y Ginés Marín sufre una grave cogida

Álvaro Lorenzo
Álvaro Lorenzo en el segundo de su lote. Plaza 1.

La Plaza de Toros de las Ventas se vistió de largo para celebrar este domingo San Isidro, el día del patrón en Madrid y octava de la Feria, con toros de El Parralejo para los toreros: Curro Díaz, Álvaro Lorenzo, que sustituye a Emilio de Justo y Ginés Marín, que se llevó la peor parte al sufrir una grave cornada.

El cartel lo abrió Curro Díaz ante un primero muy serio que fue recibido con una notable verónica. El toro tenía una calidad extraordinaria. Comenzó la faena saliéndose con el astado hacia afuera, toreándolo por ambos pitones. Continuó con una serie extraordinaria por la derecha, con lo que le congratuló con el público. El animal tenía profundidad y Curro Díaz lo aprovechó rematando por la derecha. Tras una gran estocada. Ovación.

El torero Álvaro Lorenzo regresaba tras su reciente triunfo para sustituir a Emilio de Justo. El sobrero salió al ruedo pero no destacó, por lo que el diestro apenas pudo lucir la verónica. El astado manseaba y se iba. Así, torear, era muy difícil. Brindó a Emilio de Justo. Destacó la faena al natural, por donde el toro se entregó. Continuó con mucho esfuerzo una Tanya intercambiando ambos pitones, pero el animal se paraba. Tras un pinchazo consiguió rematar. Silencio tras aviso.

Ginés Marín llegó al coso recibiendo al toro ajustado a tablas por verónicas muy ajustadas y ligadas, tanto fue así que, al rematar, el toro rasgó el capote. El extremeño regresó con ganas a Las Ventas tras su Puerta Grande del pasado otoño. Poco a poco fue dándole distancia para llevarlo a los medios y lucir por la diestra. Ginés se arrimó tanto al toro que fue prendido y herido en el muslo. Tras reponerse continuó con su obra por la zurda para rematar por lo alto. El público aplaudió su valentía y heroicidad. El animal, en verdad, se lo puso muy complicado: se marchaba, no dejaba ligar ni un solo pase y tuvo incluso que abreviar. Tras una gran estocada recibió una fuerte ovación. Tras ella fue directamente a la enfermería.

El cuarto fue para Curro Díaz y muy similar a los anteriores. Apenas pudo lucirse con el capote. Tras el caballo, el jienense brindó la faena a su padre. A base de firmeza y seguridad fue poco a poco desarrollando la faena ante un animal que estaba justo de fuerza y apenas podía embestir. Curro Díaz, a base de mucho esfuerzo, lució algunas tandas por ambos pitones. Al ver que las posibilidades eran escasas, decidió abreviar. Tras una estocada tendida, fue silenciado.

Álvaro Lorenzo se lanzó con el quinto que resultó de mejores características que los anteriores. Tenía mucha más armonía y desde luego fijeza. Apenas se dejó lucir con el capote. La faena la brindó al público. Trató de citarlo  desde la distancia, consiguiendo arrancar alguna tanda de derechazos para conseguir rematar en redondo. Repitió la misma destreza con la zurda. Con un gran esfuerzo fue consiguiendo levantar al animal y buscando una colocación perfecta para ganarse al público. Así consiguió sacarle varias tandas de muletazos que fueron impecables y de gran gusto. Levantó al público por bernardinas con las que cerró la faena. Tras sonar un aviso finalizó con una gran estocada que le sirvió para ganarse el codiciado premio.

Curro Díaz salió en sustitución de  Ginés Marín, que tuvo que ser trasladado al hospital. Lo recibió por medias verónicas. Tras el caballo comenzó dándole distancia, así podía aprovechar la inercia en los primeros viajes del astado. El animal humillaba y el jienense supo aprovecharlo por muletazos cortos consiguiendo llevarlo a su terreno. Continuó por la izquierda marcando una gran serie con lo que se ganó a los tendidos. Finalizó con una estocada entera y fue premiado con una oreja.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Las Ventas. Octava de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.
Toros de El Parralejo.

Curro Díaz (sangre de toro y oro): media caída con derrame (ovación); bajonazo (silencio); y gran estocada (oreja en el que mató por Ginés Marín).

Álvaro Lorenzo (gris plomo y oro), que sustituía a Emilio de Justo: pinchazo, estocada ligeramente atravesada y descabello (silencio tras aviso); estocada (oreja tras aviso).

Ginés Marín (purísima y oro): casi entera desprendida (ovación en el único que mató).

En la enfermería fue intervenido Ginés Marín de: «cornada en tercio medio del muslo derecho con orificio de entrada por cara anterior y de salida en cara lateral, y dos trayectorias: una de 25 cms que alcanza anillo inguinal y contusiona arteria femoral, y otra transversal de 20 cms que lesiona el recto anterior. Pronóstico grave».

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