Mi experiencia con el anillo para pagar Rikki: comodidad y asombro
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Los wearables copan gran parte del mercado y la llegada de los dispositivos con los que puedes pagar no para de generar interés. Si hace unas semanas os hablaba de un nuevo gadget, el anillo para pagar Rikki, estas son mis sensaciones tras haberlo estado usando durante dos semanas. Atención, no se trata de un dispositivo que deja indiferente.
Rikki: el anillo para pagar y asombrar
Se trata de una solución novedosa que puede ser utilizada como método de pago. Sí, Rikki es un anillo de cerámica que tiene un chip NFC en su interior y se asocia a tu tarjeta bancaria de forma sencilla. El anillo se presenta en una caja de madera de olivo ecológico, lo que ya es de por sí una buena tarjeta de visita.
Si bien la firma te da la opción de que sean ellos los que configuren el anillo con la tarjeta, a través de una pasarela cifrada y a la cual Rikki no tiene acceso a la numeración, el proceso de emparejamiento no es complejo. Puedes realizarlo mediante la propia aplicación, y para poder llevar a cabo el proceso necesitarás un teléfono móvil Android. Pero una vez que ya tienes emparejado el anillo, no vas a necesitar el teléfono prácticamente para nada más. Si utilizas un iPhone y deseas comenzar a utilizar este anillo para pagar, puede realizar el emparejamiento con un teléfono Android de cualquier amigo y luego, eliminar la aplicación de su teléfono.
Manos a la obra
El proceso no costó demasiado trabajo, lo tengo asociada con una tarjeta Revolut VISA. En el caso de que no la tengas, con aplicación Curve puedes vincular tu tarjeta bancaria y crear una tarjeta puente entre la tuya y la que vas a utilizar para pagar en el anillo. En todo momento, la seguridad está garantizada.
El anillo para pagar Rikki se encuentra disponible en varios colores y medidas y es totalmente unisex. En el caso de que no aceptes con la medida de tu anillo, tienes 20 días para realizar la devolución por aquella correcta. particularmente, el anillo se siente muy muy bien y no es molesto, está realizado en cerámica y no necesita ningún tipo de carga. Una vez que ella tienes el anillo puesto en el dedo puedes utilizarlo para pagar y, tal como comentar principio, dejar con la boca abierta a todo el mundo.
Reconozco que los dos primeros intentos de pago fueron fallidos, pero no porque el anillo no estuviese bien configurado, sino porque colocaba mal la mano. Probé a pagar tal y como hago con el reloj, al gesto me refiero, y daba error de lectura. Posteriormente, con la palma abierta y tampoco.
Para realizar el pago he comprobado que lo más práctico es cerrar el puño y ponerlo encima del sensor de datáfono. Automáticamente, la operación queda efectuada y la sorpresa en la cara del propietario de establecimiento es máxima. Efectivamente, se trata de un producto muy práctico con el cual puedes abonar cualquier tipo de compra y que no necesita de teléfono móvil para nada. Por esa razón, se me antoja como una solución perfecta para aquellos deportistas que salen a entrenar sin nada encima. Ya no es necesario llevar la cartera o la tarjeta, el anillo se encarga de todo.
Se trata de más de una solución ideal para parejas, ya que en dos anillos se puede vincular la misma tarjeta. Una forma muy práctica de tener los gastos de una cuenta común bien centralizados.
El anillo para pagar Rikki tiene un precio de partida de 110 € para algunos modelos, siendo el máximo de 150 €. Se entrega con la caja de madera de olivo ecológico y además, recibes como una pulsera de goma de la marca como obsequio. Un producto que es un gran detalle para regalar o para comenzar a acostumbrarte a esta nueva manera de pagar.
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