CUENCA

El marroquí acusado de asesinar a su mujer e hijos en Pedroñeras: «A lo mejor los ha matado alguien»

El asesino se coló en la casa a través de un agujero desde una vivienda contigua abandonada

marroquí Pedroñeras
Mahdi, detenido y acusado de matar a su familia.
Ángel Moya

El marroquí detenido por matar a su pareja y a sus dos hijos de 3 y 8 años en Pedroñeras (Cuenca) negó los hechos a la Guardia Civil durante horas a pesar de haber sido detenido borracho y con las zapatillas manchadas de sangre. «Yo soy inocente, yo no he visto nada», repetía una y otra vez al traductor de la comunidad musulmana. Mahdi negó los crímenes de su familia durante 15 minutos pero la perspicacia del traductor espoleado por los especialistas le hizo hablar de más. Ante la insistencia de Isidro, el traductor, el presunto homicida dijo: «A lo mejor los ha matado alguien y ahora me echan la culpa a mí». Un comentario que no hacía más que confirmar las sospechas de los agentes.

El historial tampoco obra al favor del detenido por el brutal crimen de género. Según el entorno de las víctimas, Ammal estaba en proceso de separación de su marido e intentaba obtener el divorcio tras 10 años de maltrato continuado. La mujer había denunciado a su marido marroquí de Pedroñeras en una veintena de ocasiones, confirman. Ocurre que luego terminaba retirando las denuncias. Finalmente, la mujer consiguió que su marido abandonara la vivienda familiar, pero éste regresaba continuamente y entraba a la fuerza, golpeando a la mujer y a los niños. En ocasiones les pegaba en medio de la calle delante de testigos.

«No puede ser que ella esté en la casa y yo en la calle», vociferaba el hombre marroquí en las calles de Pedroñeras, asegurando ante todos los vecinos que «Yo voy a ir a la cárcel pero ella no se va a quedar aquí», al final cumplió sus amenazas y más allá. Mató a su mujer y también a sus dos hijos pequeños, ocultando su cadáver con total desprecio hacia las víctimas.

El asesino hizo un agujero para entrar

La reconstrucción de los hechos por parte de la Guardia Civil parte de la mañana del viernes, la última vez que una compañera de Ammal, la vio con vida junto a sus hijos. Luego los tres se esfumaron.

Fue esa amiga, cuando más tarde regresó a la casa, la que avisó a la Guardia Civil. El suelo recién fregado con lejía le hizo sospechar, junto a que se apreciaban unas huellas de zapatillas de deporte teñidas de rojo, lo que parecía ser sangre.

La Guardia Civil le encontró el sábado, en la caseta donde malvivía, con signos evidentes de estar bajo los efectos del alcohol. Había lavado toda sus ropa con lejía, pero se le olvidó limpiar las zapatillas manchadas de sangre. El dibujo de la suela del calzado coincidía con las huellas que se hallaron en la vivienda de las víctimas.

A Ammal y los niños los encontraron en la vivienda abandonada que hay contigua a la casa de las víctimas. El asesino entró, como en otras ocasiones, abriendo un boquete desde la otra casa, los mató y los encajó en un baúl que escondió de vuelta en el inmueble abandonado.

La mujer tenía una orden de protección en vigor y se encontraba incluida en el sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén).

9 niños asesinados en 2024

Las estadísticas de violencia vicaria, el asesinato de niños a manos de sus padres y madres en un entorno de violencia de género o venganza, crecen en 2024 de forma alarmante. El número de menores asesinados ya asciende a nueve en lo que va de 2024. Desde que hay registros en 2003, se trata de la cifra más alta junto a la del año 2015. Además, en todos estos años, 60 menores han sido asesinados por sus progenitores, a los que habría que sumar los dos de este sábado.

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