La defensa del homicida de Juana Canal dice que no hay delito: «Es un desgraciado accidente»
El acusado sostendrá en el juicio que su pareja le atacó y el la empujó, muriendo la víctima al caer al suelo
El acusado descuartizó el cuerpo de Juana Canal y lo enterró en 2003 hasta que fue descubierto por casualidad en 2019
El abogado del homicida confeso de Juana Canal, la mujer que desapareció en 2003 y cuyo crimen se resolvió dos décadas después, ha defendido durante el juicio que acaba de comenzar en la Audiencia Provincial de Madrid que su cliente no ha cometido ningún homicidio doloso como reclama la Fiscalía de Madrid y la familia de la víctima. El delito por el descuartizamiento del cadáver de la víctima estaría prescrito.
«Entendemos que no hay comisión de ningún delito. Es un hecho accidental, desgraciado y fortuito sin ninguna voluntad de causar la muerte y los hechos posteriores en nada afectan a la dinámica de lo que sucedió esa noche», ha manifestado el letrado a su llegada al juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid.
El tribunal tendrá que determinar si la muerte de Juana Canal, vecina de Ciudad Lineal de 38 años, fue accidental o si había intención de matarla. Sus huesos se hallaron en abril de 2019 en una finca de Jesús Pradales en Navarredondilla (Ávila).
A Jesús se le detuvo en octubre de 2022. Ante el juez, confesó que la había matado en el transcurso de una discusión y reconoció que descuartizó el cuerpo en la bañera, ocultando los restos en una finca próxima a Navalacruz. Tras el homicidio, el asesino confeso dejó una nota manuscrita al hijo mayor de la fallecida indicando que su madre se había marchado tras una pelea.
Atenuante por confesión
El letrado Luis Manuel Salgado, que ejerce la defensa, ha adelantado que solicitará una atenuante por confesión y otra por dilaciones indebidas. En su caso, califica los hechos de homicidio imprudente, lo que supondría su absolución y puesta en libertad al estar este delito ya prescrito.
El abogado insiste en que Jesús Pradales descuartizó el cuerpo de Juana Canal motivado por «la tensión y el pánico» que sufrió tras fallecer Juana de manera accidental después de un golpe que le habría propinado para repeler supuestamente una agresión de su pareja.
Piden 15 años por homicidio doloso
La Fiscalía de Madrid y la acusación particular, el letrado Juan Manuel Medina, solicitan una condena de quince años de cárcel por un delito de homicidio. El fiscal aprecia una agravante de parentesco mientras el abogado de la familia entiende que concurre un agravante de género.
El abogado de la familia añade un delito contra la integridad moral de las personas contra Jesús Pradales, «Ya que tras matarla, esta persona siguió haciendo su vida normal durante 19 años», otro de denuncia falsa y profanación de cadáver, infracciones penales ya prescritas.
Juan Manuel Medina sí admite que no pueden acusar a Pradales de asesinato al no poder demostrar que actuara de forma alevosa o con premeditación, ya que el informe antropológico de los huesos de Juana Canal hallados en Ávila no determina la causa de la muerte.
El letrado sí cree que «las actuaciones del acusado posteriores al homicidio demuestran claramente que se trata de una acción dolosa como es el mero hecho de la profanación del cadáver». La acción dolosa también vendría refutada por «el ocultamiento de los hechos al interponer una denuncia ya una vez fallecida Juana diciendo que él había sido agredido por ella y dejar una nota manuscrita para hacer ver a sus a sus hijos que Juana se había marchado voluntariamente».
Los hechos enjuiciables
En el auto de apertura de juicio, la jueza expone que los hechos arrancaron en la madrugada del día 22 de febrero de 2003, cuando Jesús inició con Juana Canal una discusión en el interior del domicilio en el que convivían.
«En un momento dado, con la intención de causarle la muerte, o cuando menos, siendo consciente de que con su acción podría ocasionar tal resultado, la golpeó con fuerza en el cuello, falleciendo como consecuencia de ello. Cuando Jesús comprobó que Juana Canal estaba muerta, descuartizó su cuerpo y lo trasladó hasta Navarredondilla (Ávila), donde la enterró y fueron hallados sus restos óseos el día 18 de abril de 2019», explica relato de hechos.
Hasta el año 2022 no se identificaron los restos de Juana y se detuvo a Jesús Pradales. El arrestado confesó y le contó a la jueza durante una discusión, Juana le amenazó con clavarse un cuchillo y culparle. Él entonces la golpeó para apartarla de su lado y ella cayó al suelo falleciendo de forma accidental.
Tras su detención, un juez de Ávila acordó su ingreso en prisión provisional, pero se inhibió a favor de los juzgados de Madrid al entender que los supuestos hechos delictivos tuvieron lugar en el partido judicial de la capital.