Sociedad
Coronavirus

El miedo al coronavirus provoca escasez de alimentos y medicinas en el norte de Italia

Coronavirus: Última hora en directo

Tercer positivo en España de Coronavirus

  • Joan Guirado | Enviado Especial a Lodi (Italia)

Para comprar una mascarilla, guantes de látex o liquido desinfectante en el norte de Italia hay que estar dispuesto a pagar hasta seis veces más el precio inicial de cada producto. Son las consecuencias del brote del coronavirus. Si antes una mascarilla costaba tres euros, ahora su precio se ha disparado hasta los 22. Pero no sólo hay que disponer del dinero, también hay que tener suerte de encontrarlos.

La mayoría de farmacias de la ‘zona roja’ del coronavirus están cerradas y en las de los pueblos vecinos -a una distancia de entre 10 y 20 kilómetros- no hay prácticamente existencias de estos elementos imprescindibles estos días para muchos. Un cartel en la puerta informa de la situación y anuncia qué esperan más material.

La situación se repite en la mayoría de supermercados de la zona de la provincia de Lodi. Desde este domingo, cuando se anunció el confinamiento de más de 50.000 personas, los afectados aprovecharon que durante las primeras horas no había policías suficientes para cortar todos los accesos y entrar y salir para ir a hacer la compra.

Hoy eso ya es imposible. Si alguien se lo salta y es descubierto, puede acabar tres meses en prisión. En la mayoría de pueblos de la ‘zona roja’ las tiendas están cerradas en su totalidad. Y las que han obtenido permiso para abrir puntualmente, están sin existencias.

En las estanterías de la pasta, los productos frescos y el agua embotellada es donde más se nota la escasez de alimentos de primera necesidad. La psicosis en la que ha entrado el norte de Italia, a raíz del contagio masivo de coronavirus, ha provocado que los ciudadanos incluso de municipios donde a priori no hay incidencias, como la capital, Milán, hayan hecho compras muy por encima de la media semanal.

Farmacias y supermercados esperan, en las próximas horas, recibir más mercancía que les permita proveer a los vecinos de los productos que demandan. Las furgonetas farmacéuticas o los camiones de los supermercados son los únicos no de emergencias, a día de hoy, con autorización policial para acceder a zonas restringidas.