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Trombosis del viajero: qué es y cómo evitarla

Moverse y viajar no siempre es un placer. También puede dar lugar a problemas que afectan directamente a la salud. Es el caso de la Trombosis Venosa Profunda (TVP), más conocida por todos como trombosis del viajero. Se define como la formación de un coágulo en sangre, normalmente en las venas profundas de las piernas, producido por la falta de movilidad y espacio reducido en los asientos durante trayectos largos en avión y de otros tipos de transporte.

El Hospital Clinic de Barcelona da a conocer que afecta a todo tipo de personas, especialmente cuando están sentadas y sin mover las piernas en un tiempo superior a 4 horas en avión o 6 en coche.

Todo sobre la trombosis del viajero

Factores de riesgo

Aún así hay algunas personas que están más predispuestas a sufrir este problema. es el caso de aquellos que tienen obesidad, predisposición genética a una mayor coagulación de la sangre, enfermedad cardiaca, neurológica o respiratoria o cáncer, antecedentes personales de trombosis, mujeres embarazadas, etc.

Síntomas de este tipo de trombo

Quienes lo sufren lo pasan mal porque suelen tener dolor de pies, sensación de hormigueo, hinchazón en la pantorrilla o el muslo y/o dolor en una de las extremidades, coloración azulada o rojez de la piel, aumento de la temperatura corporal o dificultad para caminar.   Y esto afecta a las piernas pero también a otros órganos del cuerpo.

No es lo más común, pero puede darse una embolia pulmonar.  En este caso hay diversos síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar, latidos cardíacos rápidos y mareo o pérdida de conocimiento. Al notar estos efectos, debemos pedir ayuda y solicitar que un médico nos atienda de forma inmediata.

Prevenir y evitar la trombosis del viajero

No es fácil hacer frente a ello cuando sabemos que debemos viajar unas horas y estar sentados.

Desde el Hospital Clinic aconsejan coger los asientos con mayor espacio como salidas de emergencia o pasillo.

Cuando se pueda, hay que levantarse y pasearse sobre cada 2 o 3 horas. Cuando estemos sentados, hay que evitar cruzar las piernas o sentarte en posiciones incómodas en las que las piernas queden colgadas o reduzcan la circulación de la sangre.

Es mejor vestir de forma holgada para que el calzado y la ropa no nos apriete. También hay que hidratarse bien con agua. Aunque hay quienes deben medicarse, es bueno no tomar fármacos que puedan favorecer la aparición de trombos.