¿Qué relación hay entre la microbiota y la piel? Una experta aclara todas las dudas
Algunas bacterias pueden contribuir a una mejor salud cutánea

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La microbiota es un conjunto de microorganismos (bacterias, entre otros) que viven en tejidos sanos del cuerpo humano (como la piel o el intestino) y pueden realizar funciones beneficiosas para nosotros. En el marco del 52 congreso de la AEDV Cristina Eguren, vicecoordinadora del GEDET, ha explicado la relación entre microbiota y piel y cómo mejorar esta cuando la primera sufre alteraciones.
Microbios y bacterias: No son enemigos de la salud. Según la Dra. Eguren, «tradicionalmente se han asociado a enfermedades infecciosas y se ha promovido su eliminación sistemática, pero hoy sabemos que esta visión es incompleta. Nuestro cuerpo es un complejo ‘superorganismo’ que convive con millones de microbios. La mayoría no solo no son perjudiciales, sino que son esenciales para funciones como la digestión, la regulación del sistema inmunológico y la protección frente a patógenos. En la piel, forman parte del equilibrio de su barrera y su ecosistema natural».
¿Qué es el eje intestino/piel?. “Existe el denominado eje intestino-piel que fue acuñado por primera vez en 1930 por dos dermatólogos americanos. Se trata de una interacción bidireccional que involucra al sistema inmunológico, nervioso y endocrino junto con la microbiota intestinal y cutánea. En los últimos años ha surgido un interés creciente en desentrañar la compleja interacción entre el intestino y la piel, una conexión que está transformando la comprensión de diversas enfermedades cutáneas”.
¿Qué sucede cuando se altera la microbiota? «Cuando la microbiota intestinal se desequilibra (disbiosis), se reduce la producción de metabolitos beneficiosos (ácidos grasos de cadena corta), aumenta la permeabilidad intestinal y pueden pasar bacterias o toxinas al torrente sanguíneo. Esto activa el sistema inmunológico y genera una inflamación de bajo grado que impacta en la piel. Las consecuencias pueden incluir alteraciones en la microbiota cutánea, disfunción de barrera, inflamación, sequedad, exacerbación de enfermedades como acné, rosácea, dermatitis atópica y psoriasis».
Tratamientos eficaces. «Una estrategia emergente es modular la microbiota intestinal con probióticos, prebióticos, cambios dietéticos y en el estilo de vida. En el caso del acné, por ejemplo, un ensayo clínico reciente mostró que un probiótico oral con Lacticaseibacillus rhamnosus y Arthrospira platensis mejoró significativamente la evolución clínica del acné, reduciendo lesiones inflamatorias y no inflamatorias. También hay estudios preliminares en rosácea, donde la modulación del eje intestino-piel podría mejorar el curso clínico».
Si hablamos de la dieta, conviene que sea rica en fibra, antioxidantes y polifenoles, evitar los ultraprocesados, el exceso de azúcares y de grasas saturadas; al parecer, el ayuno intermitente podría igualmente ser beneficioso. También lo es la actividad física regular, el sueño reparador y el manejo del estrés, evitar tabaco, alcohol y la exposición innecesaria a antibióticos.
Cosmética que ayuda a equilibrar la microbiota. «Cada vez más cosméticos están formulados con ingredientes que respetan, protegen o modulan la microbiota cutánea. Entre ellos destacan:
Prebióticos: sustancias que nutren las bacterias beneficiosas (como inulina y alfa-glucanos, entre otros).
Postbióticos: metabolitos derivados de bacterias beneficiosas que tienen acción antiinflamatoria y reparadora (como ácidos grasos o lisados bacterianos).
Probióticos tópicos: aún con cierta controversia regulatoria, algunos productos contienen cepas inactivadas o fragmentadas con efectos beneficiosos.
«Estos cosméticos ayudan a restaurar la barrera cutánea, reducir la inflamación y promover un microbioma equilibrado, útil en pieles sensibles o con tendencia a la dermatitis, acné o rosácea».
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