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Qué alimentos son mejores para la noche y cuáles hay que evitar

Perder peso nos exige mucho sacrificio. Pese a los esfuerzos que realizamos en ocasiones no conseguimos los objetivos marcados. Y posiblemente el problema lo encontremos en la alimentación de la noche. Antes de irnos a la cama lo ideal sería una cena ligera, sobre todo porque no vamos a quemar esas calorías consumidas. Por eso te queremos enseñar qué alimentos son mejores para la noche y cuáles hay que evitar.

En nuestro intento por deshacernos de los kilos de más no hace falta que suprimamos la última comida del día. Basta con saber qué alimentos encajan mejor en la dieta y disfrutar de las múltiples alternativas que existen. Podemos conseguir buenos nutrientes sin necesidad de engordar.

Alimentos adecuados para la noche

Los alimentos que mejor encajan para esta hora son aquellos que incrementan la disponibilidad de triptófano por parte del organismo. En realidad es la sustancia que se ocupa de generar melatonina, que es la hormona que nos permitirá conciliar el sueño mejor por las noches.

Por eso, los productos que mejor pueden encajar en nuestros planes son aquellos que son ricos en proteínas, como son el pescado en sus distintas variedades, destacando sobre todo el blanco; la carne blanca, como la de pavo o pollo; y los huevos. No sólo hay que preocuparse de los alimentos que nos llevamos a la boca. También es importante reparar en el método de preparación. En nuestro caso evitaremos freírlos o añadirles grasas.

Legumbres, como la soja o sus derivados, también se presentan como una buena alternativa para las cenas. Los frutos secos son además un buen complemento, pero sólo un puñado y sin excederse. Intentaremos que sean al natural, y entre estos se aconsejan por sus propiedades nutricionales las nueces y las avellanas. La cantidad aproximada no debe rebasar los 30 gramos.

Alimentos poco aconsejables para la noche

La lista de alimentos que se deben evitar antes de acostarnos es bastante amplia. Como se puede imaginar cualquiera, lo primero que haremos será suprimir de la dieta las comidas rápidas o las procedas de manera industrial. El motivo es bien sencillo. Suelen tener unas cantidades de grasas saturadas muy elevadas y apenas aportan proteínas. También descartamos los platos empanados y fritos, que suelen ralentizar la digestión y no son fácilmente asimilables por parte de nuestro organismo.

Por un problema de digestión también es preciso evitar las verduras y hortalizas crudas. Hay mucha gente que nos la tolera. No obstante, si al final optamos por comerlas es preferible que se cocinen asadas, al vapor o cocidas, para que se asimilen mucho mejor por parte del estómago. Hay que tener un especial cuidado con algunos vegetales como pueden ser el ajo o la cebolla.

Se recomienda siempre cenar al menos un par de horas antes de meternos en la cama. Conseguiremos hacerlo con la digestión hecha y nuestro cuerpo no tendrá que trabajar tanto.

Como ya te habíamos recordado al principio, es importante que no nos excedamos con las cantidades y siempre será mejor acostarnos con un poco de hambre, que con el estómago lleno.