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Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas

Manuel Moñino: «La población tiene una percepción baja del riesgo de tomar suplementos nutricionales»

"El mercado de los complementos alimenticios cuenta con un altísimo volumen de facturación"

Los suplementos de colágeno a debate: ¿son realmente beneficiosos?

Fibra, vitaminas, ácidos grasos esenciales, probióticos, prebióticos, minerales, extractos de plantas, etc., para ponerse en forma, mejorar el sistema inmune, aumentar la energía, perder peso, tener una alimentación más sana y completa, o conseguir un mejor cuerpo, piel o cabello… ¡Están de moda! El consumo de suplementos nutricionales sin supervisión por parte de un especialista es cada vez más habitual entre los españoles, denuncia el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, quienes, además, desconocen en muchos casos su efectividad real y sus riesgos. 

«Una persona sana, sin problemas de salud ni situaciones clínicas que le provoquen un déficit nutricional justificado, tiene cubiertas todas sus necesidades nutricionales sin necesidad de recurrir a suplementos», relata el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, Manuel Moñino Gómez.

Entre 2018 y 2019 el mercado de suplementos nutricionales se estimó en 12 mil millones de euros con una proyección de crecimiento entre 18 y 45 mil millones de euros en 2026, según se desprende del informe de Fortune Business Insights, que citan los dietistas y nutricionistas españoles. «Su demanda ha aumentado significativamente, especialmente entre los millennials, mujeres y personas mayores», concreta el presidente del colegio, quien detalla que «cada vez son más los jóvenes que recurren a estos productos, y lo hacen de una forma compulsiva y descontrolada, sin disponer de toda la información para una elección responsable».

Con todo, Moniño alerta del «riesgo para la salud y gasto innecesario» de productos como los batidos o las barritas para sustituir total o parcialmente la dieta y explica, en entrevista a OKSALUD, que estos suplementos nutricionales sólo deben tomarse bajo prescripción de un profesional sanitario y en situaciones de salud que lo justifiquen. 

PREGUNTA.- La mayor atención prestada por los consumidores al refuerzo de la inmunidad y a la mejora de la salud general como medida preventiva contra el coronavirus ha impulsado significativamente la demanda de suplementos dietéticos y para la salud en toda Europa, destaca el informe de Fortune Business Insights. ¿Qué está viendo, como presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, en España?

RESPUESTA.- El mercado de los complementos alimenticios es un mercado en tendencia con un altísimo volumen de facturación y que afecta de forma diferente a los distintos países de la Unión Europea. El informe destaca que hay países en que los consumen 1 de cada 10 personas y otros, como es el caso de España, hasta 7 de cada 10 personas. 

P.- Según los datos que cita el colegio el consumo nacional de suplementos y productos a base de plantas alcanza el 70% de la población. ¿De dónde se extrae este dato?

R.- Estos datos se han recogido en un estudio un estudio transversal muy reciente a nivel europeo en el que se identificó que de los 2.000 encuestados en España, 7 de cada 10 estaban consumiendo o habían consumido en el último año algún tipo de complemento alimenticio.Entre éstos se encuentran  los complementos que son a base de extractos de plantas, los multivitamínicos y otros de uso médico especial como los dirigidos a la pérdida de peso. Las razones por las cuales se consumen son: mejorar la salud como es el tema de la inmunidad, el tema de reforzar la energía o fomentar la pérdida de peso; mejorar en el rendimiento deportivo y reducir el riesgo de malnutrición por déficit nutricionales.  Además hay que destacar que los datos indican que tanto los suplementos basados en extractos de plantas y los preparados que incluyen vitaminas y minerales, generalmente son «auto prescritos», no hay un profesional sanitario que los paute. Se suelen adquirir en farmacias y herbolarios y también por internet. 

P.- Cuáles son los peligros de su consumo? Azúcares añadidos, sustancias que no aparecen en el etiquetado, evidencia científica…

R.-Lo que claramente es evidente y quedó también recogido en ese estudio transversal, es que la población, en general, tiene una percepción baja del riesgo del consumo de estos complementos. El peligro asociado a este tipo de complementos alimenticios no está claro, de hecho, eso ya en en sí mismo es un riesgo. 

La evaluación del riesgo y beneficio del uso de los complementos alimenticios está relativamente mal descrita en los estudios de investigación. Muchos de ellos evalúan su eficacia pero no evalúan sus efectos adversos y a veces los datos no se han recogido con suficiente ‘robustez’ como para poder hacer en una declaración a favor o en contra de su uso. Uno de los peligros que puede encontrarse a primera vista es que algunos tienen azúcares añadidos. Asimismo, cuando se compran en canales no autorizados pueden incluir sustancias no declaradas en la en el etiquetado. Esto ha sido habitual y sigue siendo habitual en los complementos dirigidos a la mejora del rendimiento deportivo donde pueden incluirse sustancias dopantes. Por el contrario, eso no ocurre cuando se compran  en los canales autorizados como las farmacias.

P.- Enumere esos peligros.

R.- Actualmente, en la Unión Europea el riesgo asociado depende básicamente del tipo de sustancia en el que se base el complemento. Por ejemplo, los cócteles de antioxidantes pueden aumentar el riesgo de mortalidad total especialmente cuando son a base de de betacarotenos, vitamina E y vitamina A. También cuando se consumen elevadas cantidades de selenio puede aumentar el riesgo de cáncer o el aumento del riesgo de padecer diabetes tipo II. Otro ejemplo es el de los betacarotenos que se ha comprobado que aumentan el riesgo de cáncer de pulmón en fumadores.

Es frecuente sufrir episodios gastrointestinales recurrentes cuando se consumen altas dosis de vitamina C, de hierro o de antioxidantes. En las dietas de muy bajo valor calórico, se ha visto que las personas que quieren perder peso, toman productos como los ‘famosos’ batidos fuera de un circuito sanitario lo que aumenta el riesgo de ingestas compulsivas, de depresión de colelitiasis y de estreñimiento, diarrea o hiperuricemia sintomática asociada a la gota, e incluso una disminución de la masa muscular.

P.- Beneficios de su consumo de estos complementos

R.- Respecto de la evidencia de sus beneficios, hay estudios que apuntan a que algunos podrían tener un efecto positivo siempre y cuando esté justificado su consumo. Una persona que lleva una alimentación saludable y variada y que está sana,  no debería tener ningún déficit nutricional que es el caso en el que estarían indicados los complementos alimenticios. Lo que sí ocurre habitualmente en personas que tienen riesgo nutricional, por ejemplo, pacientes que están en tratamiento oncológico o que tienen alergias o intolerancias alimentarias y en estos casos la suplementación sí está indicada.

Hay más evidencias, por ejemplo: en personas que están con diálisis, el aumento de la ingesta de antioxidantes puede tener efectos positivos; el calcio es bueno en la prevención de hipertensión arterial;  los probióticos son eficaces en el manejo de la diarrea aguda asociada a antibióticos y también para los deportistas hay algunas sustancias como la cafeína que pueden tener efectos positivos en el rendimiento.

P.- ¿Por qué es importante el consejo y prescripción por parte de un profesional sanitario si nos son productos que requieran de una receta médica? ¿Debería regularse al respecto?

R.- La prescripción por parte de un profesional sanitario es clave porque en una consulta de un dietista- nutricionista y pidan tomar un suplemento nutricional porque se sientan bajos de energía o crean que su salud está empeorando, tienen que ser constatado mediante pruebas y un análisis de su dieta. Es básico conocer cuál es su estado nutricional, cómo están los diferentes indicadores de salud, las vitaminas, los minerales, etc. 

En las consultas se evalúa el riesgo de desnutrición que se tiene y conforme a toda esa evaluación, se tomará una decisión basada en un diagnóstico nutricional completo que determinará si necesaria o no la suplementación. En cualquier caso, esos suplementos que se prescriban por parte de los profesionales sanitarios deben estar respaldados por suficientes evidencias científicas y que éstas sean robustas, de modo que el beneficio sea mayor que el de los efectos adversos. No siempre se sufren estos efectos adversos asociados pero hay que valorarlos. 

P.- ¿Ocurre lo mismo con los alimentos enriquecidos, por ejemplo, yogurt o leche enriquecida en proteínas, cereales para el desayuno con vitaminas y minerales, etc.? ¿Son malos en sí? ¿Debería regularse al respecto?

R.- En la Unión Europea, el debate de la regulación de  los complementos alimenticios derivados de plantas está en suspenso desde hace décadas. Los mensajes de propiedades saludables que pueden emitir en su etiquetado o en su publicidad, actualmente no están regulados. 

Hay muchas declaraciones nutricionales y de propiedades saludables atribuidos a plantas o extractos de plantas que en no están soportados por la evidencia científica, de hecho, el último Gobierno de la Unión de la Unión Europea emitió un informe en el que se pidió que se desbloqueará la revisión de las declaraciones oficiales y de las  propiedades saludables atribuidas a los extractos de plantas, indicando que debían someterse a un reglamento específico, al igual que lo hacen el resto de alimentos. La idea es que, por ejemplo, en el caso del extracto de alcachofa, las declaraciones que se describen de sus propiedades saludables tendrían que estar basadas en la evidencia y, por lo tanto, y si no lo están, no se podrían hacer constar en su etiquetado. 

La Comisión Europea declaró que tanto la industria farmacéutica como la de complementos nutricionales ya habrán conseguido bastantes bastantes beneficios como para poder encajar una regulación del mercado en la que el gran beneficiario es, sin duda, el consumidor.

Los complementos alimenticios suelen tener ciertas concentraciones de nutrientes que,  aunque generalmente, no superan los límites máximos de seguridad asignados a cada uno de ellos, su consumo habitual continuado puede aumentar las reservas de algunos de ellos evitando que se eliminen correctamente por las heces o por la orina. Esto puede causar ese efecto pernicioso. Por ejemplo, hay que tener especial cuidado con los productos «fortalecidos» con nutrientes, no por tener ‘más nutrientes’ van a ser mejores. Encontramos en el mercado lácteos,  cereales para el desayuno o alimentos ultra procesados ricos en grasas, sal o azúcares a los que añaden estos elementos para poder justificar las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables. Hay que ser más críticos a la hora de elegir alimentos fortificados, y en cualquier caso, si tenemos alguna duda hay que recurrir al dietista-nutricionista. No hay que dejarse llevar por las declaraciones llamativas y por las imágenes que puedan tener el etiquetado nutricional sobre todo de los alimentos altamente procesados.

P.- ¿Cuál sería su recomendación final respecto a la suplementación?

R.-Los complementos alimenticios no son necesarios si se lleva una alimentación saludable, tipo mediterránea, puesto que ya aporta todos los nutrientes que necesita nuestro organismo para poder tener una buena salud. En el caso de que haya un déficit nutricional o esté justificado el uso de complementos alimenticios, hay que hacerlo siempre bajo la supervisión y el Consejo de un profesional sanitario como el dietista-nutricionista.