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Rosa mosqueta

Todo lo que debes saber sobre la infusión de rosa de mosqueta

Si eres una de las personas a las que sus madres o abuelas le han recomendado alguna vez que se tome un té de rosa mosqueta para deshacerse de un malestar físico, debes saber que no estás sólo. Efectivamente, los beneficios de la infusión de rosa mosqueta son indudables, y en estas líneas intentaremos centrarnos en varios de ellos, aquellos que justifican su éxito entre los mayores.

Por supuesto, cuando hablamos de rosa mosqueta nos referimos al mismo ingrediente que podemos ver en cosmética, tanto en aceites como en cremas, aunque no son pocos los que desconocen que también es posible disfrutar de sus propiedades si lo consumimos a modo de infusión, como té.

Ingerida por el ser humano en distintos formatos a lo largo de la historia, sus ventajas pasan por la capacidad de regenerar células del organismo y de rejuvenecer el funcionamiento del cuerpo, aunque conviene centrarse en ellas para tenerlas en cuenta más detalladamente.

Propiedades de la infusión de rosa mosqueta

Antioxidante

Ya decíamos antes que una de sus acciones más sobresalientes es la de elemento antioxidante. Denominada “fruto de la eterna juventud”, la rosa mosqueta preserva las células en juventud.

Asimismo, es responsable de su regeneración, impulsando el crecimiento de las células epiteliales de los diferentes tejidos del cuerpo, al tiempo que se dedica a la conservación de las ya existentes.

Fuente de vitaminas

También tiene un alto contenido de betacarotenos, más específicamente de vitamina A. Esto es importante pensando en la salud de nuestros tejidos y la preservación del sentido de la vista.

Por otro lado, es imposible no destacar su aporte de vitamina C, hasta 20 veces superior al del kiwi. Cuando te interese obtener el máximo rendimiento energético, la rosa mosqueta estará para ti.

Múltiples efectos medicinales

Por fuera de lo nutricional, por decirlo de algún modo, las infusiones trabajan dentro del plano medicinal del organismo, como un poderoso diurético que acelera la digestión, facilitando la absorción de esos nutrientes, acelerando el tránsito intestinal y brindando una sensación de alivio frente a circunstancias como un constipado.

Más allá de su utilización como un laxante natural, es capaz de reforzar el sistema inmunológico, protegiéndonos de potenciales infecciones, algo que tiene validez sobre todo durante el invierno.

Y por último está el asunto de la energía, que la ofrece a raudales, para que realicemos todas nuestras tareas diarias sin sentirnos cansados, incluso cuando apenas hayamos podido descansar.