Dermatología

¿Hay que descansar de la manicura para mantener la salud de las uñas?

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Las uñas no necesitan acceso superficial al aire porque obtienen oxígeno y nutrientes de la sangre.

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Nadie quiere uñas quebradizas, descoloridas o gruesas debido a una infección o a un mal cuidado. Y a muchas personas les gusta el aspecto de unas uñas coloridas y relucientes con una gruesa capa de esmalte. La gran pregunta: ¿Tus uñas necesitan ‘respirar’ entre manicuras o aplicaciones de esmalte? En resumen, la respuesta es no. Pero hay salvedades.

Las uñas no necesitan acceso superficial al aire porque obtienen oxígeno y nutrientes de la sangre. Mantener las uñas hidratadas es importante si las suyas son propensas a romperse, y sería útil hacer una pausa en el pulido para hidratarlas, determina el Centro Médico Wexner de la Universidad de Ohio. La institución insiste: «Es mejor no usar esmalte ni uñas de imitación si tienes algún tipo de daño, como inflamación o enrojecimiento de la cutícula, grietas o fragilidad, decoloración o infección por hongos. Aplicar esmalte a una uña dañada pone un techo sobre las bacterias, que continúan multiplicándose y causando problemas. Si tus uñas están sanas, está bien que sigas esmaltándote con la frecuencia que desees».

Isabel del Campo, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral, aclara: «Las uñas necesitan cuidados específicos para que crezcan fuertes, sin grietas y para evitar que se claven la propia carne (uñas encarnadas). Como para el resto del cuerpo, la hidratación y la alimentación son fundamentales». 

La hidratación debe hacerse tanto interior como exteriormente. «Es recomendable hidratarse con líquidos, así como humedecer  las manos y las uñas a diario (incluidas las cutículas). Por otra parte, deben formar parte de nuestra dieta alimentos ricos en hierro (carnes rojas, vísceras y legumbres), zinc (ostras, huevos, frutos secos), vitamina A (zanahorias, espinacas, quesos grasos) y vitamina B1 (jamón serrano y lomo, judías blancas y pistachos), B2 (almendras, sardinas, hígado), B3 (atún, bonito, salmón y cacahuetes) y B5 (lácteos, setas, garbanzos y aguacates)», recuerda la experta.

¿Y la manicura permanente? 

La manicura permanente es aquella que requiere el uso de bases que se adhieren a las uñas utilizando rayos ultravioletas. «Estas suelen ser bases viscosas que puede variar entre gel, acrílico, etc. Según va creciendo la uña, se va rellenando la parte más pegada a la uña, por lo que hay que hacer retoques cada 2-3 semanas, dependiendo del crecimiento de la uña», recuerda la experta.

En su opinión, lo positivo de este tipo de manicura es que las uñas están siempre más brillantes y duras, por lo que no requieren mucho cuidado y se puede trabajar o hacer las labores diarias sin que se deterioren, además de que en la actualidad hay una gran variedad de esmaltes y acabados que permiten seguir cualquier tipo de ‘moda’.

¿Qué tipos de esmalte no dañan las uñas?

Isabel del Campo reconoce: «En la actualidad hay esmaltes que contienen menos tóxicos (tradicionalmente han sido los cosméticos que más han tenido, como por ejemplo es el formaldehído, el ftalato de dibutilo y el touleno, el alcanfor, el xileno, el estireno, etc.). Hay que optar por aquellos que tienen una base acuosa, ya que deshidratan menos las uñas, los que tienen entre un 80-90% de ingredientes de origen natural y los que se denominan 7-free y 9-free (es decir, que han eliminado de su composición los 7 o 9 ingredientes menos tóxicos)».

 ¿Qué sucede si se amarillean? 

Si amarillean y no se debe a ningún tipo de patología (incluido el tabaquismo), el problema debe ser que no se ha utilizado una base protectora adecuada antes de realizarse el esmaltado. En estos casos, es recomendable que se dejen las uñas sin esmaltar durante una temporada para que recuperen su color normal y emplear bases de uñas de tratamiento que hidraten y fortalezcan, apostilla.

Centros especializados

«Es recomendable acudir a centros especializados que garanticen que los utensilios con los que realiza la manicura (cortaúñas, limas, tijeras, palos de naranjo, tornos, etc.) son de un solo uso o bien se han esterilizada entre una cliente y otra. De esta forma, se pueden evitar contagios de patologías de las uñas como pueden ser los hongos o infecciones si se realiza algún pequeño corte. También deben ser centros que utilicen productos de calidad y de primeras marcas, de forma que tengan los menos tóxicos posibles entre sus ingredientes», explica la dermatóloga.

¿Algunos colores son peor que otros?

Más que colores peores o mejores, lo importante es la composición que tengan y que la base utilizada antes del esmaltado sea de calidad. Si la uña está protegida, el color elegido será el que guste más o sea tendencia en el momento, recomienda.

Otros cuidados de las uñas  

El corte es uno fundamental. «Debe hacerse preferiblemente con cortaúñas, ya que el corte es más limpio, y limarlas de forma que queden cuadradas para evitar que se desarrollen uñas encarnadas. Por otro lado, las cutículas en vez de cortarse es preferible que se retire hacia la uña, de forma que esta se vea más amplia pero que no salgan los problemáticos padrastros y, por ende, se formen heridas», recomienda la experta. 

E insiste: «Además, hay que tener cuidado con los golpes, ya que aparecerán unas manchas blancas (que nada tienen que ver con un déficit de calcio), la denominada leuconiquia. Esta también puede desarrollarse por estar en tratamiento con fármacos, ser síntoma de problemas hepáticos, renales, diabetes y anemia, entre otras patologías. Si están esmaltadas, retirar ese esmalte con productos adecuados en vez de con la consabida acetona, ya que las reseca en exceso. Cuando se llevan las uñas sin esmaltar es el momento adecuado para revisarlas y mirar si ha aparecido algún lunar o imperfección que pueda indicar otra patología de las propias uñas». 

¿Qué signos delatan que hay un problema?

Además de las descritas anteriormente, «unas uñas con hendiduras o depresiones redondeadas, pueden ser síntoma de patologías como la psoriasis o eccemas. Si por su parte, se agrandan y se curvan por encima de la yema del dedo es síntoma de acropaquia, que está asociado a poco oxígeno en la sangre, problemas pulmonares o cardíacos, así como digestivos. Cuando se vuelven gruesas y/o se deforman puede haber detrás un problema de infección por hongos (onicomicosis). Si se ven amarillas, además de deberse a un problema de tabaquismo, se puede dar que al hacerse la manicura no se utilice una base protectora antes del esmaltado”. En todos estos casos, así como si se inflaman, duelen o supuran, se debe acudir a un especialista para que haga un diagnóstico.

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