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Felicidad ajena, ¿Por qué puede afectarnos?

Normalmente nos alegramos de las cosas buenas que les pasa a los demás. La felicidad ajena debe aportarnos positividad. En otros casos no es así.

Normalmente nos alegramos de las cosas buenas que les pasa a los demás. La felicidad ajena debe aportarnos positividad.

Pero, por el contrario, hay personas que no suelen mostrar nada de alegría por la felicidad ajena. Es más, les suele afectar de forma negativa. ¿Por qué?

Atravesamos una mala etapa

Es normal que si estamos atravesando una mala etapa en nuestra vida y el resto de personas son felices y todo les sale bien, sintamos algo de rabia hacia la felicidad ajena. Esto puede ser algo pasajero. Pero, en el caso de que esta rabia se convierta en algo crónico, tenemos un problema que debe ser tratado, pues no es nada normal tener este sentimiento.

Envidia

Al final, la felicidad ajena nos afecta si somos personas envidiosas. Esta emoción surge porque deseamos lo que tienen los demás y nos acabamos frustrando de tal manera que no dejamos vivir al otro ni tampoco vivimos nosotros. Vamos a tener sentimientos de odio, rabia y rencor que hará que estemos siempre amargados. ¿Para qué entonces? Como todas las cosas cuando no conseguimos superar este problema, es momento de acudir a un especialista.

Educación

También puede ser que no controlemos bien la felicidad ajena  por cuestiones educacionales. Nos han educado de una manera y no la podemos cambiar porque la tenemos muy arraigada. Si es así tenemos varios problemas porque no superamos muchas cosas en la vida y lo pasaremos mal.

Para esto necesitamos ser educados desde la emoción y el sentimiento. Si generamos sentimientos negativos los estamos proyectando hacia los demás. De manera que si pensamos en positivo, todo va a fluir. Es mejor ver la felicidad ajena como algo mágico y bueno.

Personas tóxicas

Las personas que son tóxicas suelen generar sentimientos negativos que no aportan nada. Se quejan, critican, no avanzan ni dejan avanzar al resto. Tales personas nos pueden hacer daño psicológico, por ello los especialistas recomiendan que cuanto más lejos, mucho mejor. Tales personas suelen también experimentar sentimientos negativos hacia la felicidad ajena.

Narcicismo extremo

Otra de las razones que explica que no nos alegremos de la felicidad ajena es tener un narcicismo elevado y extremo. Normalmente, los narcisistas solo se ven a ellos mismos, tienen sentimiento de grandeza, son eje central de su vida y de la de los demás, y se rodean de personas que no pueden hacerles sombra.