Coordinadora de la Unidad de Salud Mental del Adolescente del Grupo ITA

Dra. Ricós: «Más del 70% del presupuesto del seguro escolar se destina a la atención psiquiátrica»

salud mental
"El abordaje de la salud mental debe ser global", afirma.

Fact checked

×

Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.

La salud mental es un aspecto fundamental de nuestro bienestar, que nos permite afrontar los desafíos de la vida, desarrollar nuestras capacidades, aprender y trabajar de forma productiva y contribuir a nuestra comunidad. De esta forma lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reconoce que la salud mental es más que la ausencia de trastornos psíquicos, y que se ve influenciada por múltiples factores individuales, sociales y ambientales.

Sin embargo, la salud mental de muchas personas se ve amenazada por situaciones adversas como la pobreza, la violencia, la desigualdad o la degradación del medio ambiente. Estos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir afecciones como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático o los trastornos por consumo de sustancias. Según la OMS, se estima que una de cada cuatro personas en el mundo se verán afectadas por un trastorno mental o neurológico en algún momento de su vida.

Los jóvenes son uno de los grupos más vulnerables a este tipo de problemas, especialmente en el contexto actual de pandemia por el  Covid-19. Ante esta situación, ¿qué podemos hacer para prevenir y atender las necesidades de los adolescentes en materia de salud mental? Para responder a esta pregunta, hemos entrevistado a la psicóloga Ester Ricós, Coordinadora de la Unidad de Salud Mental del Adolescente (USMA) en el Grupo ITA, que nos ofrece su visión profesional y su experiencia en el campo de la psicoterapia.

Pregunta- ¿Qué factores cree que están contribuyendo al aumento de los problemas de salud mental entre los jóvenes en España? 

Respuesta-  El porcentaje de población joven que declaró haber padecido problemas de salud mental frecuentemente  ha pasado del 6,2% en 2017 al 15,9% en 2021, según el Barómetro Juvenil 2021 Salud y Bienestar. Este incremento tiene que ver con aspectos como el aumento de la presión social y académica, el uso de las redes sociales, etc., pero, en especial, la pandemia por Covid-19 ha tenido un especial impacto en la salud mental de la población en general, y en los adolescentes en particular.

Antes de la pandemia ya se estimaba que en torno al 20% de los adolescentes sufría algún tipo de trastorno mental, según datos de Unicef, situando a España como el país europeo con mayor prevalencia diagnosticada de problemas mentales en menores. 

No debemos perder de vista que la adolescencia es una etapa de tránsito que se ha adelantado en los últimos años, convirtiéndose en una periodo más largo y complejo, dejando prácticamente sin espacio a la pubertad. De esta forma, los recursos de nuestros jóvenes para enfrentarse a todos los acontecimientos vitales que viven deben ser muchos y muy buenos. A menudo, el adolescente se encuentra en una situación de vulnerabilidad ante las dificultades y limitaciones propias de la edad en un entorno muy exigente y competitivo, para el cual no se ha preparado ni acompañado.

P.- ¿Qué señales de alarma pueden indicar que un menor está sufriendo algún trastorno psicológico o emocional?

R.-  Teniendo en cuenta que los adolescentes atraviesan una etapa de cambios tanto en sus hábitos como en su comportamiento, caracterizada por una notable inestabilidad emocional, podemos identificar como señales de alerta aquellos cambios en su conducta que interrumpen sus rutinas, responsabilidades y la relación con su grupo de amigos y familia.

En cuanto a síntomas concretos podrían ser la alta irritabilidad, el aislamiento social, el desinterés por las actividades diarias que hasta el momento realizaba, desinterés por su grupo de referencia, el abuso de las pantallas restando tiempo a otro tipo de actividades, abuso de tóxicos, las alteraciones en el sueño y/o en la comida, las respuestas desafiantes y desproporcionadas ante la imposición de límites y normas, etc.

 P.- ¿Qué papel juega el seguro escolar en la atención de la salud mental de los estudiantes? ¿Cómo se puede acceder a este recurso y qué beneficios ofrece?

R.- En España existe un seguro escolar que protege a estudiantes que cursen desde 3º de Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.) hasta el final del tercer ciclo universitario mediante prestaciones sanitarias y económicas, en caso de enfermedad, accidente escolar e infortunio familiar. En la actualidad, más del 70% del presupuesto del seguro escolar se destina a la atención psiquiátrica.

Mediante un acuerdo con el gobierno ha sido posible que el sistema de salud pública derive los casos de trastornos mentales a centros privados certificados por el sistema de Seguridad Social. De esta manera, se ha podido asegurar durante todos estos años que los jóvenes podrían ser derivados y atendidos adecuadamente, independientemente de su nivel socio-económico. Sin embargo, el gran desconocimiento por parte de los adolescentes, padres, comunidad educativa y sanitarios hace que muchas personas no se acojan a este derecho, y por lo tanto, en muchos casos, no reciban la atención adecuada por falta de recursos sanitarios o económicos. Esto es algo que hay que potenciar y proteger, especialmente en este momento de mayor crecimiento de los casos de jóvenes con problemas mentales, ya que el sistema público, por sí solo, no puede asumir el actual reto.

P.- ¿Qué estrategias de prevención y promoción de la salud mental se pueden implementar desde los centros educativos y las familias?

R.- El abordaje de la salud mental debe ser global. En primer lugar, se debe apoyar a los centros educativos en prevención, detección y seguimiento de los problemas mentales. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que es una cuestión sanitaria y que hay que contar con todos los medios disponibles. En estos momentos el recurso del seguro escolar está bien estructurado y cuenta con profesionales con experiencia.

P.- ¿Qué recomendaciones darías a los jóvenes que están pasando por una situación difícil o que tienen pensamientos suicidas?

R.- Es difícil dar un consejo a aquél joven que está pasando por una situación complicada puesto que seguramente está cerrado en sí mismo y con muchos sentimientos de desesperanza. Lo que creo que podría ayudar es precisamente intervenir en el sentimiento de soledad en el que estará inmerso, animándole a hablar de lo que le sucede con sus amigos y/o familiares, sin juzgarse por ello, sin pensar que lo que le sucede no es importante, porque sí lo es. 

Todo lo que le pasa al adolescente es importante, le diría que es la etapa más difícil por la que transitamos, la etapa con más dudas y en la que se supone que se tiene que llegar a la felicidad completa, sin obligaciones, puesto que los adultos no paramos de repetirlo. Les diría que no se conformen en estar mal y levanten la mano, compartan su malestar para darse cuenta de que no están solos, y de que su malestar puede que sea compartido, con lo que no los convierte en un «bicho raro».

P.- ¿Qué consejo daría a los padres de adolescentes?

R.- No me gustaría terminar esta entrevista sin antes animar a las familias que estén detectando que «algo» no va bien en sus adolescentes que no lo minimicen y que se acerquen a ellos para participar de su día a día. No se trata de sacar de contexto aquellos comportamientos propios de adolescente que los lleva a distanciarse del núcleo familiar para buscar pertenecer a otros núcleos, buscando «otras familias» fuera, pero es importante conocer bien a nuestros hijos para detectar cuando hay un sufrimiento en ellos y darles el espacio para que lo comparta.

Es básico educar en las emociones, y esto no significa estar hablando en casa constantemente de cómo nos sentimos, simplemente va de validar las emociones, no negarlas ni esconderlas. De este modo el adolescente se sentirá libre de expresar su rabia o su tristeza en lugar de «hacer ver» que todo va bien. Los adultos somos su modelo, con lo que no debemos avergonzarnos del malestar de nuestros hijos y debemos acudir a los profesionales especialistas para que ellos nos orienten en la mejora de su salud mental.

Lo último en OkSalud

Últimas noticias