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Neurocirujano del Hospital Universitario Niño Jesús

Dr. Marcelo Budke: «La hemisferectomía elimina la epilepsia por completo en el 80% de los casos»

La hemisferectomía es una cirugía cerebral es una técnica quirúrgica para tratar epilepsias que no pueden ser controladas con fármacos. Consiste en “desconectar” uno de los hemisferios del cerebro y traspasar sus funciones al hemisferio sano. Después de la intervención, el cerebro restante se ajusta para compensar la pérdida de la función cerebral y, en la mayoría de los casos, el paciente puede recuperarse bien y vivir una vida normal. Sin embargo, como cualquier cirugía cerebral importante, la hemisferectomía conlleva riesgos y complicaciones potenciales, y se considera unaopción de tratamiento de último recurso cuando no funciona la terapia farmacológica.

El Hospital Universitario Niño Jesús ha llevado a cabo una jornada internacional sobre hemisferectomía, durante la cual se han debatido sus ventajas, riesgos y aplicaciones. En el transcurso de la misma, OKSALUD entrevistó al neurocirujano Dr. Marcelo Budke Neukamp para conocer a fondo esta técnica.

PREGUNTA.- ¿Cuáles son las indicaciones para practicar una hemisferectomía?
RESPUESTA.- La hemisferectomía está indicada para pacientes que padecen una epilepsia que afecta a todo un hemisferio y en patologías como encefalitis de Rasmussen, el síndrome de Sturge-Weber, los infartos congénitos hemisféricos, las displasias corticales multilobares y la megalencefalia.

P.- ¿Qué porcentaje de pacientes epilépticos necesitan este tipo de intervención?
R.- Aproximadamente un 30% de los pacientes con epilepsia desarrollan una epilepsia refractaria que es resistente a los fármacos y, a pesar de usar combinaciones de tres o cuatro fármacos, las crisis no se frenan y se vuelven muy recurrentes. Estos son los candidatos a la cirugía de la epilepsia. En España, se calcula que hay aproximadamente 600.000 personas que padecen epilepsia y se calcula que unos 200.000 podrían ser candidatos a esta cirugía.

P.- ¿Por qué se vuelven refractaria la epilepsia? ¿Depende de la adhesión al tratamiento, de la edad del paciente…?
R.- No depende del tiempo ni de la edad del paciente. Hay niños pequeños que con dos o tres meses de vida empiezan a tener crisis de epilepsia y son refractario a los tratamientos por lo que hay que operarlos y cuanto antes, mejor.

P.- ¿Cómo se evalúa a un paciente para que pueda ser sometido a este tipo de cirugía?
R.- Todos los pacientes con epilepsia refractarias deben ser sometidos a un protocolo de cirugía de la epilepsia. Este consta de tres pruebas fundamentales: una resonancia magnética de tres teslas; un estudio de video-electroencefalograma para registrar y grabar cómo son esas crisis epilépticas y, por último, una valoración neuropsicológica completa que evalúa una neuropsicóloga. Este último paso es fundamental para determinar qué alteraciones tiene el paciente desde el punto de vista intelectual, motor, del lenguaje, etc.

Esta evaluación es muy importante para determinar el posterior impacto en su vida que va a suponer someterse a esta operación. Si no se pasan las tres pruebas, no se puede realizar la operación y lamentablemente, estos pacientes no tienen más opciones.

P.- ¿Qué porcentaje de éxito tienen estas operaciones?
R.- El éxito de la operación se mide mediante la escala de Engel que calcula el porcentaje de pacientes que se queda libre de crisis una vez sometido a la operación. De media, entre un 70 y un 80% de los pacientes sometidos a hemisferectomía, deja de tener crisis después de la intervención. Y después de la cirugía se va bajando y retirando poco a poco la medicación. En muchos afectados, después de dos años, se deja de pautar la medicación por completo.

P.- ¿Puede haber complicaciones o efectos secundarios después de la intervención?
R.- Sin duda. Si el paciente no tiene dañadas las fibras motoras debido a las crisis y las conserva a pesar de la enfermedad, tras la operación puede perder fuerza en la pierna o en el brazo de la parte contraria del hemisferio operado. Es decir, si se opera el hemisferio derecho puede perder fuerza en el lado izquierdo del cuerpo. Sin embargo, al acabar con las crisis y reducir la medicación, también se consiguen mejoras cognitivas muy positivas, por eso merece la pena y verdaderamente no hay otra opción.

P.- ¿Es necesario someterse a rehabilitación después de la hemisferectomía? ¿Interviene en ello un equipo multidisciplinar?
R.- Efectivamente, la rehabilitación es fundamental. En nuestro hospital del Niño Jesús tenemos una unidad de daño cerebral en la que se atiende a estos pacientes después de operarse. Tienen que someterse a terapias motoras, asistir a logopedas y a visitas con neuropsicólogos. Se lleva a cabo una terapia integral para que puedan normalizar su vida lo antes posible. La gran mayoría de los pacientes operados puede llevar una vida normal aunque pueden sufrir limitaciones de la parte motora. En Estados Unidos, esta técnica se utiliza desde hace cuarenta años y los pacientes llevan una vida normal, van a la universidad y están completamente integrados.

Además, no hay límite de edad para someterse a esta operación pero, siempre, cuanto antes mejor, sobre todo en los niños. El cerebro infantil tiene mucha plasticidad y cuanto antes realices la operación, antes se mejoran de la operación. Lógicamente, la epilepsia, las crisis y la medicación frenan el desarrollo intelectual del niño por eso, cuanto antes se opera el niño, antes se eliminarán las crisis y se podrá bajar la meditación lo que será mucho mejor para su futuro.

P.- ¿Considera que estas jornadas de concienciación son fundamentales para desmitificar la hemisterectomía?
R.- Sí, son fundamentales para desmitificarla, y para perder el miedo a la operación. Es la mejor manera de explicar a las familias los beneficios de esta cirugía, las técnicas que se utilizan, las consecuencias y, principalmente, las ventajas que esta cirugía tiene, sobre todo, si se hace una hemisferectomía precoz. Es una intervención muy segura, gracias a las técnicas que tenemos actualmente y con muy buenos resultados ya que el 80% de los pacientes deja de sufrir epilepsia después de la operación.