Descubren que el coronavirus se puede ocultar en el cerebro humano

El coronavirus sigue siendo un gran desconocido después de casi un año con nosotros. La ciencia aporta nuevas teorías día tras día, como bien dicen los expertos, todo puede cambiar en unas semanas, tal y como hemos visto. Por desgracia, las medidas que se usan para contener esta pandemia no están funcionando, los números son los que son y cada día hay más contagios. España es el claro ejemplo de una segunda y tercera ola con más muertes y contagios, a pesar de aplicar medidas restrictivas y obligaciones. Este nuevo estudio, sitúa al coronavirus lejos de las vías respiratorias, el cerebro es dónde se oculta, según las últimas noticias sobre este virus.

El cerebro humano es el lugar en el que se puede ocultar el coronavirus

La forma en la que ataca este nuevo coronavirus es impredecible. Como toda enfermedad contagiosa, la única forma de evitarla es el confinamiento, quedarse en casa. Tal como vimos en marzo, fue la manera de contenerlo. Desde entonces y especialmente con la llegada del verano, los casos no han parado de aumentar, hasta cifras enormes.

Mukesh Kumar, investigador de la Universidad Estatal de Georgia, es el director de una novedosa investigación que ha obtenido más información sobre las complicaciones que puede generar la infección por coronavirus en el cerebro humano. Entre los miles de contagiados diarios, algunos sufren problemas respiratorios y otros pueden ser totalmente asintomáticos. La falta de tratamiento y de previsión de este virus hace que un infectado pueda pasar de estar en su casa a ocupar una UCI en cuestión de horas.

El coronavirus puede que no sea una enfermedad respiratoria

Los investigadores de Georgia infectaron a un grupo de ratones por la nariz. El virus se desplazó al cerebro de ellos y en gran medida a los pulmones. Lo más destacado de este experimento es que encontraron que los niveles de virus en el cerebro de los ratones eran aproximadamente 1.000 veces mayores que en el resto del cuerpo.

El cerebro es el procesador de todo, una vez ha llegado a esta parte del cuerpo puede afectar a los pulmones, el corazón o cualquier punto. Siendo potencialmente mortal en algunos grupos de riesgo. El hecho de alojarse en el cerebro explicaría porque algunos pacientes experimentan una mejoría antes de morir.

Según declaraciones de Kumar: “Los hallazgos podrían ayudar a explicar por qué algunos pacientes con COVID-19 parecen estar en camino de la recuperación, con una función pulmonar mejorada, solo para recaer rápidamente y morir”. La perdida de olfato y gusto estaría relacionada con esta capacidad del virus de atacar el cerebro. El final de las declaraciones de Kumar en un medio de Georgia es devastador: “Los supervivientes de COVID-19 cuyas infecciones llegaron al cerebro también tienen un mayor riesgo de problemas de salud en el futuro, incluidas enfermedades autoinmunes, Parkinson, esclerosis múltiple y deterioro cognitivo general”.

Es decir, las personas que se han curado, pero han sido infectadas pueden sufrir los efectos del coronavirus a posteriori. Quizás aún no se conoce del todo la manera en la que actúa este virus y por este motivo es casi imposible de detener basándose en los conocimientos científicos actuales. Un enemigo que ni se puede ver, ni se conoce, es difícil que pueda ser vencido en ninguna batalla.