Cuidarse en el trabajo, una forma efectiva de prevenir problemas a largo plazo
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La salud durante nuestra jornada laboral es igual de importante que durante nuestro tiempo de ocio, sobre todo porque debemos tener en cuenta que pasamos muchas horas en nuestro puesto de trabajo, independientemente de la actividad que desarrollemos. Es posible, además, que con el tiempo aparezcan algunos problemas de salud leves relacionados con nuestro trabajo a los que debamos poner atención, ya que si no lo hacemos se pueden convertir en un cuadro grave que no podamos atajar con facilidad.
Los trastornos musculoesqueléticos son unos de los problemas de salud más comunes en el ámbito laboral, afectando sobre todo a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, señala Albert Valls, Responsable del Área de Ergonomía y Psicosociología de Quirónprevención, compañía de prevención de riesgos laborales de Quirónsalud que acaba de poner en marcha un nuevo proyecto de medicina preventiva para prestar atención sanitaria a particulares, además de en el ámbito laboral.
Para este cometido, la compañía ha optimizado sus instalaciones para incorporar una completa oferta de consultas sanitarias con médicos especialistas en Fisioterapia, Nutrición y Dietética, Podología, Psicología clínica, además de Urología, Ginecología, Cirugía General y Otorrinolaringología, entre otros, incorporándose a la red asistencial de hospitales y centros médicos de Quirónsalud.
Los cinco trastornos musculoesqueléticos más frecuentes
Según afirma el especialista de Quirónprevención, debemos poner atención a las señales que nos brinda nuestro cuerpo. Para ello, debemos conocer cuáles son los trastornos musculoesqueléticos más comunes, para poder identificarlos y prevenirlos.
1.- Lumbalgia
Se trata de una contractura dolorosa y persistente de los músculos que se encuentran en la parte baja de la espalda, concretamente en la zona lumbar. Si el dolor supera los tres meses de duración se considera lumbalgia crónica y puede causar incapacidades severas.
Suele manifestarse en el ámbito laboral por sobrecargas continuadas de la musculatura lumbar o también por permanecer largos periodos de tiempo sentado en mala posición o con posturas forzadas. En este sentido es importante realizar una evaluación ergonómica del puesto de trabajo, explica el especialista.
2.- Síndrome cervical por tensión
Es un cuadro clínico doloroso producido por una contractura muscular en la región cervical posterior y que está motivado por una sobrecarga de trabajo, el uso repetitivo de los músculos o por posturas forzadas de cuello. Además, es especialmente frecuente en personas trabajadoras que mantienen esta postura estática durante largos periodos de tiempo.
3.- Tendinitis del manguito de los rotadores
Es la inflamación de los tendones de los músculos de hombro, especialmente del manguito de los rotadores, y suele originarse por la sobrecarga de los tendones generada por movimientos frecuentes de hombro en el ámbito laboral.
La inflamación crónica puede producir lesiones que provoquen un desgarro y una posterior ruptura del tendón, es decir, una ruptura del manguito de los rotadores. El dolor es el principal indicador, y suele aumentar con los movimientos de elevación de brazo, rotación del hombro y con el transporte de cargas.
4.- Epicondilitis
Conocido también como «codo de tenista» es una lesión por el esfuerzo repetitivo en el movimiento y por el que se inflaman los tendones de los músculos de la cara externa del codo. El dolor suele comenzar después de movimientos forzados o repetidos por la extensión del codo y/o la muñeca.
Desde Quirónprevención explican que, entre otras cosas, debemos evitar, por ejemplo, los movimientos repetidos en el ámbito laboral.
5.- Síndrome del túnel carpiano
Es la compresión del nervio mediano a su paso por la muñeca a nivel del interior del túnel del carpo. Aparece con mayor frecuencia en las mujeres y los síntomas comienzan con alteraciones de sensibilidad en el primero, segundo y tercer dedo de la mano.
Además, puede haber sensación de calor, hormigueo y dolor de la palma y de los dedos. Su origen puede ser por movimientos y posturas forzadas de la mano en flexión y extensión, o por golpes en la zona palmar de la muñeca.
En cuanto a las causas generales más comunes de los TME y que sería necesario evaluar para determinar los factores de riesgo, son los trabajos con movimientos repetidos, levantamientos de cargas, transporte de cargas, movilización manual de personas, posturas forzadas y aplicación de fuerza.
Atención: mejorar la postura en la oficina
En la oficina, sentados frente al ordenador, es como millones de personas pasan sus días y jornadas laborales. Por tanto, es muy eficaz que sigamos una serie de consejos que hagan que nuestra postura sea firme y saludable.
Para evitar los dolores cervicales, Valls aconseja hacer coincidir el borde superior de la pantalla con la altura de los ojos, y a una distancia mínima de 40 cm. También es importante relajar la vista periódicamente, enfocando puntos alejados.
¿La espalda? Recta, ajustada al asiento, y la altura del asiento regulada para que los codos queden a la altura de la mesa. A lo largo del día, debemos variar la postura y levantarnos de vez en cuando.
Los pies deben estar tocando el suelo; en caso contrario conviene utilizar un reposapiés. Por último, las muñecas deben estar a la altura de los codos, dobladas ligeramente.
El impacto de los turnos laborales
Y es que, como no puede ser de otro modo, todos los trabajos tienen aspectos positivos y negativos que impactan directamente sobre nuestra salud y bienestar. Podemos pensar, por ejemplo, de qué modo podemos abordar la inestabilidad de la rotación en los turnos de trabajo para que nuestra salud no se resienta, tanto desde el punto de vista físico como mental.
“El trabajo por turnos implica que la persona debe modificar las rutinas de su vida personal y social para ajustarse a la dinámica laboral. Este sobreesfuerzo, en función de la adaptación, puede implicar un alto riesgo psicosocial en las personas, aunque evidentemente a cada una le afecta de una forma distinta”, indica Valls.
Algunos aspectos de gran importancia que están relacionados con el trabajo a turnos rotativos, son la alteración del sueño, limitación de las interacciones sociales y familiares, lo que puede llevar al distanciamiento, la alimentación se resiente, disfrute del ocio limitado, etc. Todo ello conlleva, por ejemplo, que la persona tenga alteraciones del sueño y falta de descanso, lo cual es susceptible de desencadenar fatiga crónica, estrés crónico, síndrome de Burnout o, en los casos más graves, trastornos de ansiedad y depresión.
También esta dinámica puede afectar a la vida de pareja, así como trastornos en la alimentación, afectaciones físicas como trastornos gastrointestinales o trastornos reproductivos como alteraciones en el ciclo menstrual. Por otra parte, las personas que tienen turnos en horario nocturno pueden aumentar el consumo de café, tabaco y sustancias excitantes para el sistema nervioso central que les permita hacer frente a las horas de mayor cansancio, lo que puede desencadenar problemas de salud física.
¿Podemos prevenir estos problemas?
Desde Quirónprevención destacan la importancia de hacer, desde los departamentos de Recursos Humanos, una evaluación periódica del riesgo y formular planes de promoción, prevención e intervención, así como una revisión de la salud física y mental de las personas que trabajan a turnos.
Recomiendan, además, que haya una elección de turnos por parte de la plantilla, siempre que sea posible, teniendo en cuenta los ritmos biológicos, así como las necesidades personales de los empleados.