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Se incrementa en un 1.400% el número de niños intoxicados en Estados Unidos por la exposición al humo de los cigarros electrónicos

El vapor de los cigarrillos electrónicos afecta a la salud infantil

Existe tendencia a creer que el humo de los cigarrillos electrónicos es menos perjudicial que el del tabaco convencional. Sin embargo, los fumadores pasivos presentan tasas de nicotina similares en ambos casos, extremadamente perjudiciales para la salud. En el caso de los niños más, tal y como queda reflejado en el estudio realizado por Gary Smith, director del Centro para la Investigación y la Política de Lesiones en el Hospital Nacional Infantil de Columbus, en Ohio.

Aumenta el número de niños «vapeadores pasivos» en Estados Unidos

Entre 2013 y 2015 se incrementó en un 1 400 % el número de niños menores de seis años intoxicados en Estados Unidos por la inhalación del humo del cigarro electrónico. Es el resultado que arroja el estudio llevado a cabo por el doctor Gary Smith. Cada tres horas el centro de intoxicaciones recibía una llamada por intoxicación, lo que supone un promedio de siete niños diarios.

Los niños tienen más riesgo de intoxicación por inhalación de vapor.

Este incremento está estrechamente relacionado con el aumento de la popularidad de estos cigarros en Estados Unidos. Desde 2010 su consumo se multiplicó entre los adultos y se triplicó en el caso de los estudiantes.

Muchas intoxicaciones se produjeron de forma accidental, bien porque los progenitores lo guardaban de forma incorrecta, bien porque el adulto los fumaba en presencia del menor.

Smith centró una parte de su estudio en analizar las consecuencias y los efectos del vapor de estos cigarrillos electrónicos. Descubrió, como ya han apoyado otras investigaciones posteriores, que la nicotina líquida contenida en los cigarros electrónicos está más concentrada que en el tabaco en combustión y que produce los mismos o mayores efectos que la del tabaco convencional. A lo que se suma que es absorbida más fácilmente por el organismo, afectando al sistema circulatorio, al nervioso y al gastrointestinal. En consecuencia, los pequeños pueden sufrir desmayos, paros respiratorios, comas o incluso la muerte.