Consejos para recuperarse de un ataque de gota

La gota o artritis gotosa es la forma más dolorosa de la artritis

Ataque de gota
La gota ocurre, principalmente, en el dedo pulgar del pie.

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El ataque de gota es un tipo de artritis que causa dolor y rigidez en las articulaciones, principalmente en el dedo pulgar del píe. Esta es consecuencia de la acumulación de cristales de una sustancia conocida como ácido úrico. En ocasiones, forman cúmulos abultados bajo la superficie de la piel o se quedan depositados en la vía urinaria, dando lugar a otras alteraciones de suma gravedad como cólicos nefríticos o cálculos renales.

Ataque de gota
El ataque de gota también puede afectar a las rodillas.

Entre los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecer la enfermedad destacan la obesidad, el abuso de alcohol, el consumo excesivo de alimentos precursores del ácido úrico o la hipertensión arterial. Como ya hemos visto, el ataque de gota produce un dolor intenso en las articulaciones, que normalmente se desencadena por las noches y presenta una apariencia inflamada y enrojecida. Suele ir acompañado de fiebre.

Soluciones para el ataque de gota

Ataque de gota
Los síntomas son visibles al cabo de los días.

Aunque los síntomas suelen desaparecer al cabo de los días, es muy probable que el mismo paciente vuelva a sufrir un ataque de gota durante los próximos 6 meses. Para paliar los efectos en cada ocasión, es importante conocer a la perfección algunos de los remedios y tratamientos más efectivos.

  • Las medicinas que reducen el ácido úrico ayudan a prevenir la evolución de la enfermedad, especialmente los analgésicos y antiinflamatorios sin esteroides.
  • Realiza a diario ejercicios de elongación localizados para la espalda, los hombros, las muñecas y el biceps femoral. Además, los deportes aeróbicos en el agua o la natación también son de gran ayuda.
  • La alimentación es también un factor importante a la hora de mantener a raya la gota. Es necesario llevar una dieta estricta y rica en proteínas. Evita el consumo de marisco y pescado azul, las legumbres, los productos altos en grasa e ingredientes concretos como los espárragos, los champiñones o la coliflor.
  • Bebé mucho líquido, incluido el café, y toma suplementos de vitamina C.
  • Si sufres obesidad, intenta bajar de peso progresivamente para evitar una disminución brusca que provoque la formación de cálculos de ácido úrico en el riñón.

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