Aplica el sentido común ante una urgencia sanitaria, 5 tips
¿Cómo hay que actuar ante una urgencia sanitaria? Estos sencillos consejos te ayudarán, toma nota de ellos y mantén siempre la calma.
La mayoría de las personas, en algún momento de su vida, se ven en la necesidad de solicitar atención médica de manera imprevista. Aunque siempre parezca que el tiempo apremia, es necesario diferenciar entre la urgencia y la emergencia. De hecho, los profesionales de la salud lo hacen para ofrecer una atención más racional y eficiente. Lo mismo deben hacer los usuarios, para no recargar los servicios de atención, en especial en estos tiempos de pandemia. A continuación, veremos cómo diferenciar una emergencia de una urgencia sanitaria y los cinco mejores consejos para saber qué hacer.
Diferencia entre emergencia, urgencia sanitaria y consulta
Una urgencia sanitaria es una situación que requiere atención médica de inmediato, pero la situación no representa en el momento un riesgo para la vida de la persona afectada, aunque sí en el transcurso de algunas horas. Los casos de urgencia son, por ejemplo, aunque puede haber muchos más:
- Accidentes.
- Crisis nerviosas.
- Cólicos renales.
- Pérdida y recuperación del conocimiento.
- Agravamiento súbito de una enfermedad aguda o empeoramiento de una crónica.
Una emergencia se diferencia de la urgencia cuando la situación es crítica y pone en peligro en el momento, la vida de la persona afectada. Los casos de emergencia son:
- Inconsciencia.
- Sospecha de infarto.
- Pérdida abundante de sangre.
- Sospecha de fracturas o heridas profundas.
- Quemaduras severas.
- Dificultades para respirar.
- Reacción alérgica severa.
El resto de las situaciones se denomina consulta. Incluso cuando se trata de una consulta a domicilio. Por ejemplo: un bebé en casa, de 3 a 4 meses de edad, con 38°C de temperatura, ¿qué es esta situación, una emergencia, una urgencia sanitaria o una consulta médica? ¡Has acertado! Una consulta con el pediatra. Es importante saber la diferencia para solicitar el servicio adecuado y no sobrecargar los servicios de emergencias, en especial en estos tiempos pandémicos.
Asegurarte de que realmente se trata de una urgencia sanitaria
A veces las personas exageran o se asustan. Los niños muchas veces se sienten más enfermos de lo que realmente están. Recuerda que el servicio de urgencias es precisamente para las urgencias, y no para consultas o pedir estudios o citas anticipadas.
Según el Ministerio de Sanidad, el 74% de las personas que fueron al servicio de Urgencias del hospital lo hicieron por su propia cuenta, y casi el 90% de estas consultas eran inadecuadas para el servicio. Realiza una evaluación lo más racional posible.
No salir corriendo al hospital
Toma nota de los síntomas o fórmate un cuadro de la situación y llama al teléfono de urgencias de la seguridad social o el seguro de salud. El 112 es el teléfono de emergencias de la Unión Europea, no el de urgencias. Se debe llamar al 112 si la persona está inconsciente, hay signos evidentes de una fractura, no respira o hay una herida sangrante. Por otro lado, sí se está ahogando el paciente lo primero que se debe hacer es practicar la maniobra de Heimlich.
Anotar la hora de llamada a la ambulancia
Ante la urgencia sanitaria lo correcto es llamar a la ambulancia de la ciudad o del seguro de salud correspondiente. El operador te solicitará algunos datos o información y te dirá qué hacer hasta que llegue la ambulancia.
Según la normativa europea, el tiempo máximo que puede tardar la ambulancia es de 30 minutos. Es importante tomar nota de la hora porque en momentos de nerviosismo los minutos parecen eternos y no es raro creer que han pasado dos horas cuando solo transcurrieron 20 minutos.
Asegurar el área
Una vez que se ha llamado al servicio de emergencias y se ha realizado lo imprescindible con la persona afectada, se debe asegurar el área. Es decir, garantizar un espacio de oxígeno y tranquilidad para el paciente. Haz salir de la habitación a todas las personas que no necesiten estar allí. Tranquiliza al paciente. Será preciso colocar una almohada bajo la cabeza y cubrirlo con una manta lo ayudará a sentirse más protegido. No le ofrezcas nada de beber o comer, ni tampoco trates de que duerma. Solamente ayúdalo a sentirse relajado y seguro.
Sentido común, el menos común de los sentidos
¡Por algo existe este dicho! Si haces todo lo recomendado en los cuatro consejos anteriores, no tengas ninguna duda de que estarás aplicando el sentido común en su totalidad. Ante una urgencia sanitaria es común que quienes rodean a la persona afectada se sientan alterados y nerviosos sin saber muy bien qué hacer.
Si tienes dudas llama a alguien que conozcas y creas que te puede ayudar: un médico amigo, un consejero o líder espiritual, pero toma como guía estas palabras:
- Tranquilidad, para hacer todo lo que haya que hacer sin distraerse.
- Silencio alrededor del paciente, para que se sienta calmado y seguro.
- Firmeza para pedir a los demás lo que sea necesario.
Ahora ya sabes qué hacer ante una urgencia sanitaria. ¡No pierdas la calma!
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