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Rosquillas de requesón y arándanos, receta casera

Si te gusta la repostería casera, toma nota para elaborar estas rosquillas de requesón y arándanos. Un bocado delicioso y sencillo de hacer.

  • Francisco María
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Si te apetecen unas sabrosas rosquillas de queso con un toque dulce, pon en práctica esta receta, para la cual puedes preparar la masa previamente y usarla en el momento en la que la necesites, como cuando llegan invitados de improviso. A los más pequeños de la casa les encantarán y pueden participar en su elaboración.

Una de las ventajas de esta receta es que la puedes personalizar a gusto, usando arándanos frescos o deshidratados o las bayas que coseches en casa o que encuentres en la tienda, como moras, frambuesas, goyi, variedades de cranberry, blueberry, o si lo prefieres, uvas pasas.

Ingredientes:

Preparación:

  1. En un bol, coloca la harina, la sal, el azúcar y la levadura.
  2. Agrega poco a poco la leche y el huevo, revolviendo hasta obtener una masa suave.
  3. Amasa añadiendo lentamente la mantequilla ablandada. El resultado final debe ser una masa lisa y suave que no se pegue a los dedos.
  4. Una vez lista, trasfiere la masa a un bol, cúbrela y déjala que repose durante 1 hora y media, hasta que duplique su volumen.
  5. Pasado ese tiempo, vuelve a amasar, cubre con un papel film y coloca en el refrigerador durante toda la noche.
  6. Al día siguiente, prepara el relleno combinando el requesón con el azúcar, el huevo restante y los arándanos.
  7. Extiende la masa sobre una superficie enharinada y estírala con el palote hasta obtener una masa alargada de aproximadamente 2 centímetros de espesor.
  8. Corta la masa en tiras longitudinales de unos 30 centímetros de largo y luego vuelve a estirar cada tira de hasta 40 a 60 centímetros de largo.
  9. Toma una tira y enróllala en espiral, formando un rollo.
  10. Utilizando una herramienta redonda, amplía el agujero central de cada rollo y coloca un poco de relleno.
  11. Cubre una fuente de horno con papel vegetal y coloca las rosquillas.
  12. Bate un huevo y pinta la superficie de la masa.
  13. Hornea a 200°C, hasta que las rosquillas se hayan dorado.
  14. Retira del horno y espera que se enfríen un poco antes de servir.

Si lo deseas, puedes disfrutar estas rosquillas bien frías. Son ideales para preparar y llevar al día siguiente a un paseo o picnic, o tener en casa para servir un delicioso snack cuando lo necesites.

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