REAL MADRID 2 - FIORENTINA 1

Cristiano es puro arte

Real Madrid vs Borussia Dortmund
Cristiano Ronaldo vuelve el miércoles en Champions. (EFE)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Real Madrid continúa a título por semana. Tras la Supercopa de Europa y la Supercopa de España, el equipo de Zinedine Zidane brindó a su público el Trofeo Santiago Bernabéu en un partido vertiginoso, espectacular y donde Cristiano Ronaldo ejerció como maestro de ceremonias.

Al equipo de Zinedine Zidane le salió la vena artística ante su gente. Quizá fuese porque en Florencia, hogar de la Fiorentina, están acostumbrados a lo vistoso como algo cotidiano, quizá por la presencia del Cholo Simeone en la grada coreando las jugadas de su hijo Gio o quizá por unos aficionados que tuvieron el detalle de congregarse en masa contra el calor.

El hecho fue que el Real Madrid jugó muy bien, muy suelto y muy plástico con la base del equipo que está llamado a convertirse a lo largo de esta temporada en el plan B. Eso sí, con el aderezo de contar con Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, el Miguel Ángel y el Donatello de este Real Madrid, respectivamente.

La Fiorentina no se arrugó ante la megaconstrucción blanca y eso que sus jugadores llegaron al Bernabéu haciéndose selfies. Salió valiente, intentando presionar y hasta perdonando ocasiones claras antes de adelantarse en el minuto tres por medio de un punterazo desde fuera del área de Veretout. El gol, feo a la par que sorprendente, obligó a que el Bernabéu invocase a sus musas y a un Cristiano que se erigió en el David de Miguel Ángel durante el choque.

El portugués, en la primera que tocó, aprovechó una buena conducción de Asensio, se internó en el área sorteando a un rival con un bicicleta eléctrica y sirvió a Borja Mayoral –puede que el aprendiz que menos pasiones levanta– el gol más fácil de su carrera. En un abrir y cerrar de ojos, Cristiano sacaba su cincel para firmar una obra bella en colaboración de sus discípulos.

La obra de arte de Cristiano

El equipo italiano, tan descarado como un italiano de Erasmus, no cejó en su empeño por estropear la fiesta al Real Madrid. Minutos después, Astori remató sólo en el área de chilena y su disparo se estrelló contra el larguero y posteriormente en el hombro de un Kiko Casilla que no daba crédito a su fortuna.

Ese golpe desencadenó definitivamente la furia de un Cristiano que tuvo que sacar uno de sus remates de Capilla Sixtina para tranquilizar los ánimos de los italianos. El tanto del luso tuvo una factura parecida al que encarriló el título de Supercopa de España en el Camp Nou, aunque en esta ocasión encontró la escuadra sacando su brocha desde un ángulo más escorado. Una obra de arte con la que el Bernabéu se arrodilló ante el futbolista más determinante que ha jugado de blanco en el siglo XXI.

El gol renacentista de Cristiano hizo que el crack luso esbozase una amplia sonrisa, casi de alivio. Un dato le perturbaba: el Trofeo Santiago Bernabéu era el único torneo en el que no había anotado un gol vestido de blanco. Con esa felicidad, el Madrid llegó al descanso anticipándose un carrusel de cambios.

Los cambios desordenaron a un Real Madrid que no consiguió llegar con tanta claridad en la segunda mitad. El equipo blanco pagó estrenar una zaga inédita con una media de menos de 20 años de edad y con Luca Zidane como portero para encontrar muchas dificultades para sacar el balón jugado.

Los titulares devuelven el dominio

Zidane intentó revitalizarse sacando a varios titulares como Isco, Casemiro, Bale o Kroos y los locales volvieron a asediar la portería italiana en un visto y no visto. De la incertidumbre se pasó a la euforia nuevamente con un martillazo de Cristiano. El portugués remató al poste un rechace del portero Dragowski y despertó al Bernabéu de la siesta.

El Madrid entró en los 10 minutos finales en versión apisonadora, pero no consiguió ampliar una renta en el día en que se honraba el 60 aniversario de la segunda Copa de Europa. La Fiorentina puso todo de su parte para vengar aquella derrota defendiendo y jugando con agresividad, pero el Real Madrid sigue imparable esta temporada. Con Cristiano en versión artista muy pocos puede contrarrestarle.

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