Opinión

Yolanda, ¿la mujer sabia?

En la obra de teatro Las mujeres sabias (1672) de Molière, el genio de la ironía retrata el afán que tenían algunas mujeres de la época por exhibir sus conocimientos sobre ciencia, filosofía y cultura, con el objetivo de lograr una cierta emancipación de los hombres, pero sobre todo, por impresionar a la corte en París.

Y para ello, buscaban «eruditos» que les instruyeran en dichos menesteres, y que muchas veces conocían más de las fortunas de las damas, que de aquello que afirmaban saber. En el acto tercero de la obra, Filaminta, una de las «sabias», le confiesa a su preceptor:

«Yo, sin vanidad, ya he descubierto algo… He visto clarísimamente a unos hombres en la Luna».

Pues parece que cuatro siglos después, a la vicepresidenta del Gobierno le pasó algo parecido. Sin pudor alguno, se atrevió a afirmar que «nos vamos a ir al carajo», y que los ricos lo saben, y por ello van a «huir del mundo» de alguna de las siguientes maneras:

Pero no creamos que estas afirmaciones son el resultado de una investigación científica llevada a cabo por la vicepresidenta o por sus asesores. No. Fueron sacadas de una entrevista realizada al escritor Douglas Rushkoff, en la que promociona su más reciente libro, La supervivencia de los más ricos. Este profesor se ha hecho famoso por publicar libros del género Cyberpunk, una de las ramas de la ciencia ficción que se caracteriza por retratar mundos distópicos, en los que la tecnología le ha ganado la batalla al humano.

Estas afirmaciones de la «sabia» vicepresidenta están completamente fuera del contexto del libro, y por ello, voy a explicar, punto por punto, la dificultad de estas teorías:

Lo triste es que el preceptor o la preceptora de la vicepresidenta, al quedarse únicamente con los titulares, no descubrieron el único tema que, a mi modo de ver, vale la pena considerar y es el del Tecnoautismo, un síntoma actual de una sociedad digital que no piensa y no opina, siendo ahí donde radica en gran parte el poder de las compañías tecnológicas. De hecho, lo que de verdad hace el autor es abogar por la desconexión y la búsqueda de nuevos valores humanos. ¿Por qué no habló de esto la vicepresidenta?

Y aunque todo esto nos parezca anecdótico, lo cierto es que estamos en manos de personas que no saben de lo que hablan y pontifican como si estuvieran en posesión de la verdad absoluta; si mañana, por cualquier causa, el presidente del Gobierno no pudiera ejercer sus funciones, sería esta «sabia» la que tendría el país en sus manos.