Teresa Freixes y Josefina Albert, dos heroínas
La Cataluña constitucional está de enhorabuena, porque esta semana se reconoce la labor y el testimonio de dos de sus heroínas más destacadas. Ambas han sido víctimas de la barbarie y el fanatismo separatista. Y ambas son dos mujeres con mucho coraje, que no se rindieron y plantaron cara a la sinrazón y la intolerancia. Convivencia Cívica Catalana organiza este sábado, en la Casa de Madrid en Barcelona, un más que merecido acto de homenaje a Josefina Albert Galera, que fue durante más de 25 años, hasta su jubilación en 2008, catedrática de Filología Hispánica en la Universidad Rovira i Virgili, en Tarragona. Y fue una de las pioneras en la lucha contra las imposiciones y el totalitarismo nacionalista en Cataluña, en la época en la que el ‘pujolismo’ era cortejado por PP y PSOE como un «partido de Estado», pero que ya estaba construyendo una Cataluña totalitaria.
Josefina Albert formaba parte en aquellos años de la asociación Foro Babel en Tarragona. Y colaboraba, como docente, en las pruebas de selectividad. En 1998 cometió lo que para el separatismo es un ‘delito’ digno de ser perseguido: pidió y facilitó los exámenes en castellano a varios alumnos que se lo pidieron y por ello fue apartada al año siguiente de las pruebas de acceso a la universidad. Acudió entonces al Defensor del Pueblo para denunciar la exclusión del español de dichas pruebas y presentó una denuncia en el juzgado contra el entonces rector de la URV, Lluís Arola y contra el coordinador de las pruebas de selectividad, Joan Igual, por un presunto delito de prevaricación, por el que serían posteriormente juzgados.
El pujolismo, y el nacionalismo en general, decidió someter a Josefina Albert a un escarnio público como aviso para otros docentes que quisieran desafiar el monolingüismo en catalán de los exámenes de selectividad. Y en Tarragona proliferaron pintadas amenazantes del estilo «Muerte a Josefina Albert, nazi”, “Josefina Albert, lárgate de Cataluña”, “Josefina Albert pederasta” o se situaba su nombre en el centro de una diana. Hubo revuelo, intervino el Defensor del Pueblo, pero ningún partido político la apoyó expresamente. Y aunque la magistrada del caso le dio en buena parte la razón a Albert y reprendió a los acusados por su actuación, finalmente el rector y el coordinador fueron absueltos. Eso sí, quedó su testimonio valiente y que el nacionalismo tuvo que dejar su sonrisa hipócrita y mostrar su cara más siniestra.
Y este miércoles el Círculo Ecuestre de Barcelona acogió la XVIII entrega a Teresa Freixes del premio Otto de Habsburgo, la distinción anual otorgada por el Comité Español por la Unión Paneuropea a personalidades que han destacado por su defensa de los valores europeos, su colaboración en el proceso de integración europea o su desempeño en instituciones europeas. El jurado ha apreciado que Freixes ha sabido encarnar en su vida con coherencia la defensa de un constitucionalismo integrador en nuestro país, siendo una catalana y española, que ha sabido hacer de Europa la patria de su elección.
Pero Teresa no es solo una europeísta convencida, es una de las voces más valientes y más valiosas que han alzado su voz contra el supremacismo nacionalista. Me siento orgulloso de haber colaborado modestamente en varios de los proyectos que ha impulsado y dirigido, casi siempre acompañada por la incansable Miriam Tey, para intentar que Cataluña sea una tierra en la que se respete el Estado de derecho, y que la Constitución que ampara nuestros derechos y libertades sea respetada. Es un orgullo ver como Teresa, en todos los foros que puede, trabaja incansablemente contra el fanatismo nacionalista. Podría, por su prestigio y siendo catedrática jubilada, dedicarse a dar conferencias y a disfrutar de los frutos de su trabajo académico. Pero ha decidido luchar, contra viento y marea, para que sus sueños de una mayor integración europea, y de una Cataluña leal con la España constitucional, se cumplan.
En un mundo como el de la Resistencia al separatismo catalán, en el que las renuncias, las cobardías y las traiciones están a la orden del día, da gusto ver como Teresa Freixes y Josefina Albert reciben el reconocimiento que se merecen. Mi aplauso para ellas y para todos los ciudadanos concienciados que trabajan cada día como ellas.
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