La soberanía begoñacional

Begoña Gómez

El profundamente enamorado Pedro Sánchez también es un teórico político de primer orden que está reformulando lo qué es la democracia. Tanto, que ya podemos hablar de «democracia sanchista» gracias a su profundo conocimiento de la ciencia política. Esta nueva concepción de nuestro Gobierno consiste en una monarquía absoluta en forma de república, pero no legitimada por la gracia de Dios, sino por el oráculo de la soberanía nacional, que es Begoña Gómez de Sánchez, auténtica depositaria de la voluntad del pueblo español, dado que encarna a la soberanía begoñacional.

Así, cualquier crítica a Begoña Gómez de Sánchez pasa a ser, automáticamente, un ataque a todos los españoles y el Monarca Absoluto, que posee todos los poderes, puede actuar con toda la fuerza del Estado. Sea ordenando a la presidenta del Congreso que mande callar al jefe de la oposición como preludio a una sesión de azotes o dando órdenes a su siervo Albares para que retire a la embajadora española en el gran Satán: Argentina. Y si mañana tiene que mandar bombardear la sede de algún diario digital que sea demasiado persistente en investigar los legítimos negocios de la depositaria de la soberanía begoñacional, veremos drones volar por el cielo de Madrid. Por supuesto, sin dejar huella de carbono.

Silvia Intxaurrondo, en su incansable labor de denunciar los ataques a la auténtica fuente de legitimidad de nuestra democracia, será nombrada, más pronto que tarde, comisaria del Comité Federal de Salud Pública, con total potestad de cerrar medios, dinamitar sus sedes y llenar los solares de minas antipersona fabricadas por una empresa china con sede en Sant Cugat para que sirva de ejemplo a los que osen lanzar fango sobre las instituciones democráticamente sanchistas. Los pseudomedios y los pseudoperiodistas serán desterrados de la España Sostenible y Comisionable.

Por supuesto, Óscar Puente será el encargado de instalar, como nuevo ministro de Agenda Democrática y Decapitación Circular, una gigantesca guillotina en la Puerta de Sol, fabricada con materiales reciclables, para ejecutar las sentencias del Tribunal de Orden Popular, anteriormente conocido como Tribunal Constitucional, que será la única jurisdicción existente tras el emparedamiento de todos los magistrados no pertenecientes a la asociación progresista Jueces por la Soberanía Begoñacional. Los miembros de la fachosfera tendrán derecho a un abogado. O a inmolarse sin juicio tomando el menú especial Che Guevara en la Taberna Garibaldi, bien regado con la sangría de la casa elaborada por el ex vicepresidente Pablo Iglesias.

Por si la Nueva España de la soberanía begoñacional no les pareciera lo suficientemente sanchista las elecciones serán controladas por la nueva empresa pública Koldoberni, en honor a dos luchadores por la verdad, la libertad y la auténtica democracia. Se sustituirá el poco ecológico voto en urna con papeleta por un voto electrónico absolutamente fiable controlado por el software de última generación Cerdanus. Los resultados estarán siempre a las 20:01, justo después del cierre de los colegios electorales, así los electos podrán tomar posesión a las 20:02 y comenzar a cobrar el SMS (Salario Mínimo Sanchista) de 125.000 euros anuales.

En esta Nueva España ya no habrá ni separatistas, ni federalistas, todos formaremos una única comunidad progresista que tendrá todas sus necesidades cubiertas gracias a un nuevo mecanismo de reparto de la riqueza: el ERE (Estipendio Regulado Español), que distribuirá las asignaciones en función de los méritos de cada uno en la de defensa de la soberanía Begoñacional. La escala irá de 100.000 euros anuales a un bocadillo de chopped con agua del grifo en función de si se posee la Gran Laureada Federal Progresista, la Gran Orden del Tiro en la Nuca, la Laureada Confederal Progresista, la Medalla de la Mirada extraviada o se es miembro de la Cofradía del Alma Oscura y Ultra.

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