Opinión

Si la ley polaca quiebra la separación de poderes, la de Sánchez la requiebra

El Gobierno polaco se ha dirigido a la vicepresidenta de la Comisión Europea para preguntarle si Bruselas piensa tomar medidas contra España, al igual que hizo contra Polonia por su plan sobre la Justicia. Y es que el plan de asalto al Poder Judicial que prepara el Ejecutivo socialcomunista se parece mucho al que impulsó el Gobierno ultraconservador de Varsovia.

En  un tuit, el número dos del Ministerio de Justicia polaco ironiza: «España: el Gobierno cambia las reglas para la elección de los jueces. Aún así, como en Polonia, serán elegidos por el Parlamento. Pero en lugar de la mayoría de tres quintos (como en Polonia), debería ser del 50% + 1″.

La Comisión Europea ya ha abierto cuatro expedientes sancionadores a Polonia por la reforma de la judicatura. Según Bruselas, la normativa viola la independencia de los jueces y es incompatible con el Derecho europeo, pues la ley polaca puede ser utilizada «para ejercer control político sobre las decisiones judiciales». Si la UE amenaza a Polonia con sanciones, y dado que la reforma que pretenden Sánchez e Iglesias quiebra de manera flagrante la separación de poderes, Bruselas debería hacer lo propio con España, por mucho que el presidente del Gobierno presuma de que Europa no pondrá objeciones.

El plan de asalto al Poder Judicial que diseña el Ejecutivo tiene su inspiración en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, una norma que permitió a Hugo Chávez maniatar a los jueces y hacerse con el control absoluto. Ahí se acabó oficialmente la democracia venezolana, de la misma manera que la democracia española terminaría si el presidente y el vicepresidente segundo del Gobierno socialcomunista se salen con la suya. El Tribunal Constitucional podría desbaratar la tropelía, pero si todos los órganos jurisdiccionales son sometidos, la UE es la única esperanza. De ahí que Polonia señale directamente con el dedo a Pedro Sánchez y le diga a Bruselas que le aplique a España las mismas sanciones que ha adoptado contra el Gobierno de Varsovia. Y es que si la reforma polaca quiebra la separación de poderes, la de Sánchez la quiebra y la requiebra.