El secreto de doña Yoli: por qué no quiere bajar impuestos

El secreto de doña Yoli: por qué no quiere bajar impuestos

Resulta enternecedor el amor que siente la que dicen es la gran esperanza pija de la izquierda, conocida también como la ministra más susurrante de todo el hemiciclo. Resulta que en tiempos de guerra, no conviene bajar impuestos. Da lo mismo que lo mismo da que las familias, los más pobres y vulnerables, sufran pobreza energética (aquel argumento de antaño que tanto juego les dio para llegar al poder), pobreza alimentaria y pobreza ética.

En tiempos de guerra, señora Díaz, lo que hacen los y las grandes líderes -ahí tiene sin ir más lejos el caso del ucraniano Zelenski- es predicar con el ejemplo. Usted, susurra mucho al oído de los desarrapados, pero reparte poco. Hace tiempo que los españoles le han tomado el número correcto, al igual que al resto de los conmilitones que engorda a dos carrillos desde que pisan moqueta.

Es difícil que una persona como Díaz pueda comprender la odisea que escriben estos días y a diario millones de hogares españoles ante el encarecimiento de productos básicos, la energía, y, en general, con la pérdida del Estado de Bienestar que tanto cacareaban y prometieron antes de subirse al coche oficial. Yolanda Díaz es, desde mi punto de vista, la persona que mejor refleja lo de quítate tú que me pongo yo. Una ministra de izquierdas que se precie no viviría en las actuales circunstancias en un megapiso en el centro de Madrid por cuenta del contribuyente. Una residencia, donde vive con su marido e hija, a todo pasto, todo a cuenta del contribuyente. Se opone tajantemente a bajar impuestos porque, dice sabionda, que los servicios públicos se abonan con impuestos… Sí, sí, claro y también su coche oficial, sus viajes en Falcon, sus gastos reservados, su vivienda, su luz, gasolina y vete a saber qué más mamandurrias.

¿Acaso no gana lo suficiente para irse de alquiler donde vive y padece la gente que usted dice vino a defender? ¿Se vive mejor al lado de los Garamendi, eh?

¿Qué auctoritas va a tener con estos comportamientos personales (tan comunistas) una presunta lideresa que dice asombrará el orbe bajo su liderazgo?

Engaños, oiga, ni uno más. ¿Desde cuándo, señora vicepresidenta, no ha cogido usted un carrito de la compra, ha pasado por caja, paga con su visa y transporta usted los alimentos que consume con su marido y su hija?

Mire, doña Díaz, eso es justamente lo que hizo durante 16 años, mientras fue gran canciller de Alemania, una señora de centroderecha, apellidada Merkel, de nombre Angela. Y no cacareaba tanto como su señoría.

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