El sanchismo y ‘los 10 no se puede’

El sanchismo y 'los 10 no se puede'
El sanchismo y 'los 10 no se puede'

Quizá, cuando los primeros podemitas eligieron su marca y su lema, no conocían los ’10 no se puede’ (The ten cannots) atribuidos a Lincoln, aunque escritos por el reverendo William JH Boetcker hace ya un siglo. O quizá sí los conocían, pero estaban decididos a llevarle la contraria. Sea por su ignorancia o por su empeño en contradecir al famoso decálogo, los herederos de Iglesias continúan su legado. Y con un Sánchez que paga lo que sea, con tal de seguir de Presi con Falcon y Doñana en usufructo, trabajan codo con codo en su empeño en mostrar que es Iglesias, y no Boetcker, el que tiene razón.

Los primeros cannots nos dicen que (1) No se puede ayudar a los pobres destruyendo a los ricos, (2) no se puede fortalecer al débil debilitando al fuerte, y (3) no se puede ayudar a los hombres pequeños aplastando a los grandes.

Sin embargo, aquí es distinto, nos venden que con los impuestos a los ricos saldremos de pobres, con lo que confisquemos a las petroleras bajaremos la gasolina, favorecemos a los arrendatarios, perjudicando a los arrendadores y ya, de paso, protegemos a okupas desprotegiendo a propietarios. ¡Sí se puede!

El reverendo también advertía de que (4) no se puede elevar al asalariado bajando al pagador, (5) no se puede lograr la prosperidad desalentando el ahorro, (6) no se pueden resolver los problemas gastando más de lo que gana, y (7) no se puede garantizar la seguridad con dinero prestado.
Pero eso no pasa en el Sanchismo.

Aquí subimos el SMI y las cotizaciones a costa del empresario y por encima de la productividad, pensado que así seremos todos más ricos (todos menos los que pierden el empleo gracias a la subida, claro). Y para favorecer la prosperidad reducimos las desgravaciones a los planes de pensiones, acumulamos déficits año tras año y pretendemos asegurar los servicios públicos con la mayor deuda pública de nuestra historia. Ya pagarán los que vengan detrás. Claro que sí. ¡Sí se puede!

Finalmente, aquel decálogo terminaba diciendo que (8) no se puede promover la fraternidad incitando el odio de clases, (9) no se puede formar el carácter y el valor eliminando la libertad, independencia e iniciativa de las personas, y (10) no se puede ayudar a los hombres permanentemente haciendo por ellos lo que pueden y deben hacer por sí mismos.
Pero eso lo dirá Boetcker.

Echenique, Yolanda y Sánchez, sin embargo, nos enseñan a atacar al hombre para defender a la mujer, y a discriminar a ésta para favorecer al transexual. Defienden a la escuela pública atacando a la concertada, y a las minorías religiosas derribando cruces. Permiten promover la diversidad lingüística prohibiendo el español, pretenden vender coches eléctricos penalizando el diesel, y algún iluminado se viene arriba y cree que comeremos más brócoli criticando al chuletón. Así todo. ¡Sí se puede!
¿O no?.

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