Sánchez vende la democracia y Puigdemont sube el precio
Mientras el PSOE y los separatistas catalanes cierran los últimos flecos para la investidura de Pedro Sánchez- el acuerdo con ERC es total y con Junts parece inminente, aunque el presidente en funciones ha mandado a sus emisarios a Bruselas para desencallar definitivamente la situación- se van conociendo algunos aspectos de un pacto que no se limita a la amnistía, sino que incluye un regalo de 15.000 millones de euros en forma de condonación de parte de la deuda de Cataluña. Esto es lo que sabe, porque Puigdemont, ahora, parece decidido a elevar el precio de su apoyo.
No estamos, pues, sólo ante la quiebra del principio de igualdad de los españoles consagrado en la Constitución, sino también ante la ruptura de la igualdad territorial. Se conoce que la convivencia, para Pedro Sánchez, consiste ya no sólo en la voladura de la separación de poderes, sino en hacer trizas la solidaridad entre territorios. De modo que Sánchez, de una tacada, discrimina a los españoles otorgando a los delincuentes separatistas un trato de favor incompatible con el Estado de Derecho y, a la vez, perdona a Cataluña una parte sustancial de su deuda en detrimento del resto de autonomías. Dicho de otro modo: subvertir el orden constitucional no conlleva reproche penal alguno y, además, tiene un gigantesco premio económico que pagan todos los españoles.
Del golpe de Estado de 2017 promovido por los políticos catalanes al golpe al Estado promovido por Pedro Sánchez en 2023. Este es el resumen del Gobierno socialcomunista. Cuesta mucho subirse a lomos de la templanza cuando se está produciendo un golpe en directo al entramado institucional sobre el que se asienta el régimen del 78. Porque lo que está pasando es exactamente eso: un asalto en toda regla al sistema democrático desde dentro de las propias estructuras del poder. Lo que está pasando, en definitiva, es que Pedro Sánchez está liderando el mayor ataque conocido a la Constitución española, una subversión a través de un plan ignominioso de destrucción del ordenamiento jurídico. Para entendernos: el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez nos está costando la democracia. Ese es el precio que Sánchez va a pagar por aferrarse al poder.