Sánchez, el rey Midas que todo lo que toca convierte en… desastre

De verdad que nada me gustaría más que poder dedicar esta columna a la celebración de buenas decisiones por parte del gobierno, pero desgraciadamente me resulta imposible. Una semana más de pandemia, una semana más de despropósitos. Y lo más grave es que la colección de medidas disparatadas tomadas unilateralmente por este gobierno socialcomunista va in crescendo.

Es cierto que el tema del cierre escolar es un tema más que complicado para todas las partes implicadas y que requiere de medidas excepcionales. Estas decisiones suponen una flexibilización del sistema y un compromiso inequívoco de todas las partes (administraciones, profesorado, alumnos y familias). No pongo en duda ni mucho menos la buena voluntad de los implicados pero también creo que dada la importancia del asunto, es necesario auditar este cierre y la única manera pasa por examinar a los alumnos.

Evidentemente, la exigencia varía en función del curso que se trate. Especial atención requieren los cursos superiores (ESO, Bachillerato). Sin ser una experta en la materia, no creo que el aprobado general o las recuperaciones voluntarias sean una opción. Y me alegra saber que son varias las comunidades que ya se han descolgado de esta propuesta del gobierno de Sánchez abogando por una alternativa que evalúe al alumno de manera que se siga garantizando el nivel mínimo necesario para poder pasar de curso.

Otro disparate de esta semana es el ingreso mínimo vital, un nuevo triunfo del VicePresidente Iglesias. Otra medida más que nos acerca cada vez más a Venezuela, que nos aleja de nuestros socios europeos y que, por falta de presupuestos nuevos, supondrá otro agujero de unos 6.000 millones de euros.

Es una barbaridad conceptualmente hablando, al menos para una servidora, ferviente defensora del liberalismo. Pero es que además a este gobierno le vuelven a traicionar las prisas, la falta de coordinación y la voluntad de diálogo con las CCAA.

Esta renta mínima estatal sería compatible con las regionales, por lo que en algunos casos el ingreso total sería superior al salario mínimo interprofesional, eso sí, en este caso sin contraprestación alguna por parte de la persona beneficiada.

Al margen de que en ambos casos, el educativo y el de la renta básica, volveríamos a tener claras diferencias entre españoles en función de la comunidad autónoma en la que residamos, esto me plantea una importante inquietud. Si todos van a pasar de curso o si se va a garantizar unos ingresos suficientes para vivir sin trabajar, ¿qué va a ser del esfuerzo? ¿Cuál va a ser la motivación para el sacrificio?

Esto sólo tiene un posible desenlace que es el fin último del comunismo: igualarnos a todos pero en miseria y mediocridad.

Mención aparte merece el señor pesTezanos y su CIS, que hace tiempo que huele a podrido. Y no sólo porque cambié de metodología según le conviene, sino porque no he visto forma más tendenciosa de plantear las preguntas. Es una vergüenza para los profesionales de la sociología. Es un fraude en toda regla, supone una malversación de fondos públicos y de nuevo un engaño masivo a los españoles.

Y permítame que le dé un consejo señor Sánchez. La verdad es la herramienta más potente que existe.

Si al comenzar esta crisis usted nos hubiera dicho la verdad a todos los españoles, si nos hubiera hecho partícipes de la gravedad de este virus, nuestro sentido común nos habría llevado a tomar medidas de protección por responsabilidad individual. Es decir, si nos hubiera dicho la verdad, la pandemia hubiera golpeado con mucha menos fuerza a nivel humano, social y económico.

Esto ya no tiene solución, no podemos volver atrás, Pero si le pido que empiece a decir la verdad desde hoy mismo. Si de verdad quiere un gran acuerdo para reconstruir España necesita cumplir con 3 principios: plantee una propuesta honesta, respete a sus adversarios políticos y tenga la humildad suficiente para implementar las mejores propuestas, con independencia de quién la haya ideado.

Si de algo estamos a tiempo, es de empezar a reconstruir España unidos. Y eso es lo que queremos todos. Se lo digo de verdad.