Sánchez, poseído por los demonios
En ‘Los Endemoniados’, Dostoievsky ya nos alertó: “Partiendo de la libertad ilimitada, se llega fácilmente al despotismo sin límites”. Hoy hablamos de Sánchez, otro poseso. Cuando las ambiciones de un déspota son tan grotescas, como egoístas, por no decir viscerales, oscilan, debido a su prepotencia, cada vez más difícil de controlar, entre esos aires de prestigio que se arroga y los despropósitos que a cada paso manifiesta su inferioridad para eternizarse en un cargo que le viene grande. Mitad inepto, mitad demonio, este diabólico e inútil mandatario nos llevará a la ruina. Basta con creer a Dostoievsky.
Tras un muy largo semestre de angustia y terror desde que brotó este maldito virus, que tanto nos acojona, el Gobierno social-comunista consiguió hundir la economía, triplicar los contagios y enfrentar a los españoles. Nuestros ministros y ministras quieren aprobar los Presupuestos para alargar la legislatura. Desconociendo el objetivo de gasto y la senda de déficit, son incapaces de presentar un simple borrador que justifique sus disparatadas cuentas ante la UE. Si a esto añadimos que, de la mano de Sánchez, pudieran ir a Bruselas las tribus de Iglesias, Otegi y Rufián, trío maléfico, el futuro depende de dados marcados. El poder se ha convertido en una subasta.
Iglesias recibió a Rufián en un despacho pagado por todos nosotros, al más puro estilo chavista, luciendo una camisa roja. Como Sánchez siga haciendo el ganso, esos bolivarianos lo transformarán en una reliquia. Que se ande con mucho ojo y atienda los sabios consejos de algunos de sus ministros y de la inteligente y noble Arrimadas.
Fabricar Presupuestos como quien hace churros con tal de sobrevivir políticamente, a gusto de los zarrapastrosos demonios que le rodean, conduce a los infiernos.
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