Quien parte y reparte se lleva la mejor parte: a la ministra Ribera le vuelve a tocar el gordo

Teresa Ribera

Más casualidades: a la casualidad de que la zona donde tiene su casa de veraneo la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera -número dos por Madrid, detrás justo de Pedro Sánchez, a las elecciones generales del próximo 23J-, haya sido agraciada con un plan de mejora de sostenibilidad para el que se van a invertir 4,2 millones de euros, se une la casualidad de que su propio ministerio ha otorgado otros 2,5 millones para la mejora de las playas baleares dentro de un plan que incluye el lugar donde la ministra tiene su casa de verano. O sea, por un lado, la zona recibe de la Conferencia Sectorial de Turismo, con dinero de la UE, ayudas «para el saneamiento para evitar vertidos de aguas residuales e inundaciones por aguas pluviales, la restauración del hábitat para la fauna y la flora y restauración paisajística de obras e infraestructuras y la mejora del sistema de alumbrado». Y, de remate y por si fuera poco, la zona donde la ministra pasa sus vacaciones de verano se asegura otra millonaria dotación que concede ella misma.

A su casa de Son Blanc, en Ciudadela (Menorca), un paraje privilegiado y destino del turismo más exigente, le ha tocado dos veces la lotería. Fueron multitud los aspirantes a recibir las ayudas de la UE que reparte el Gobierno socialcomunista, pero de la pléyade de lugares que se presentaron al Plan de Sostenibilidad Turística, la localidad donde Ribera pasa sus vacaciones fue, entre otras, finalmente la elegida. Se conoce que el premio debió parecerle poco a Teresa Ribera, que ha decidido, con fondos de su ministerio, completar las ayudas con otros 2,5 millones de euros. Y todo para «implantar la política de adaptación de la costa a los efectos del cambio climático». ¿A cuántos españoles les gustaría que el Gobierno les adaptara las playas donde pasan sus vacaciones a los efectos del cambio climático?

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