Que Irene Montero, Victoria Rosell y ‘Pam’ sigan en sus puestos es una obscenidad

Resulta una obscenidad superlativa, una indecencia de proporciones siderales, que una ley como la del sólo sí es sí que nació para combatir sentencias como La Manada se haya convertido en la mayor aliado de los miembros de esa misma Manada, uno de cuyos integrantes ya ha visto rebajada su condena en un año y el resto puede resultar igualmente beneficiado si el Supremo avala de la decisión tomada por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra.
Resulta una anomalía democrática que los responsables de este gigantesco bodrio jurídico que ha beneficiado a más de 1.100 agresores sexuales -entre rebajas de condena y puestas en libertad- sigan en sus puestos, especialmente la ministra de Igualdad, Irene Montero, y su séquito de altos cargos. Y es que además de impulsar una norma infecta todas ellas se permitieron la osadía de criticar a quienes advirtieron de que la norma se traduciría en una rebaja de penas para los miembros de La Manada de Pamplona. Por supuesto, la responsabilidad mayor la tiene el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el gran avalista de una ley que permitió que viera la luz pese a contar con una catarata de informes desfavorables. En días como hoy cabe recordar las declaraciones de la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, que calificó las advertencias contra la ley de «propaganda del defensor de los violadores».
Cualquier responsable de esta ley infame con un mínimo atisbo de dignidad hubiera presentado la renuncia a su cargo hace meses, pero la rebaja a un miembro de La Manada ya colma el vaso de la ignominia. Parieron una ley aliada de los violadores, negaron sus efectos nocivos, insultaron a jueces, oposición y medios de comunicación y ahora, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha decidido rebajar la pena de uno de los condenados por la violación grupal que tuvo lugar durante las fiestas de San Fermín de 2016, ni Irene Montero ni ninguna de las altos cargos de su departamento muestra el más mínimo arrepentimiento, mientras Pedro Sánchez se pone miserablemente de perfil. Este es el Gobierno que tenemos y este es el Gobierno que podemos seguir teniendo. Por cierto, ¿dónde están las feminazis que salieron en apoyo de la ley de Irene Montero? ¿Dónde demonios están?