Opinión

¿Se puede echar a Sánchez?

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

«Este es un gobierno incapaz de gobernar, sin presupuestos, sin horizontes, sin proyecto, practicante del más burdo nepotismo ideológico y familiar…», afirmó días pasados un histórico director de periódico hasta hace unos años firme defensor del PSOE. Añade: «Este Gobierno no solo no funciona, sino que pretende no dejar funcionar a nadie…».

No ha habido conversación durante el agosto que agoniza que en almuerzos, reuniones familiares y de amigos, no se haya planteado la misma pregunta. «¿Cómo echar democráticamente (of course) a Sánchez?»

La respuesta debería ser en puridad democrática bastante fácil de responder si no fuera porque el leviatán monclovita no tiene cortafuegos que lo impidan. Se aferra al poder como percebe a la roca y cuenta para ello con el poder institucional que estira a su antojo y contra el más común sentido de la legalidad y la Constitución.

Asistí a uno de esos almuerzos en el restaurante El Campanario (Estepona), rodeado de un espléndido y exitoso club de golf donde oficia el empresario Miguel Ortega, un referente como emprendedor de la provincia de Málaga y toda Andalucía. Por allí pululaba también el presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, el gran Antonio Martín Pozo (Martín Casillas construcciones). Gente preocupada por su tierra chica y por España en su conjunto; orgullosos del giro de ciento ochenta grados que la Andalucía de Juanma Moreno ha dado en tiempo récord. Ortega y Martín Pozo, junto a otros jóvenes emprendedores andaluces, consideran que el país necesita un golpe de timón, siendo como son, hombres marineros.

Ese giro sólo puede propiciarlo y ejecutarlo el pueblo español cuando antes que tarde vuelva a ser llamado a las urnas. Bromas si Sánchez no tendrá la tentación de hacer algo similar a lo que se le ha ocurrido a Maduro en esa entrañable nación que conocemos como Venezuela. Un pueblo español en el que ya es clamorosamente mayoría social los que entienden que el tiempo sanchista debe dejar paso a otras alternativas.

Una inmensa mayoría también de este sufrido pueblo entiende que el cambio debe producirse desde el realismo, el sentido común y los principios básicos del liberalismo democrático.

¿Echar a Sánchez desde esos presupuestos es posible?

¡Claro que es posible!