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El aviso de un enfermero sobre lavarse los dientes que lo cambia todo: «Nunca después…»

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Luis Cabezas, enfermero y divulgador sanitario, ha publicado un vídeo en redes sociales en el que advierte de un error muy habitual a la hora de lavarse los dientes: no se debe hacer inmediatamente después de comer, ya que puede dañar el esmalte dental y aumentar el riesgo de erosión. El pH de la boca cambia constantemente a lo largo del día y, tras la ingesta de alimentos o bebidas ácidas, la boca se vuelve un entorno ácido que debilita temporalmente el esmalte. Cepillarse los dientes en ese momento equivale a frotar arena sobre una superficie delicada: se puede desgastar y perder la protección natural que ofrece el esmalte.

Cabezas explica que lo ideal es esperar al menos media hora para que la saliva neutralice los ácidos y restaure el pH bucal, «Después de vomitar o consumir alimentos ácidos, lo recomendable es esperar y, antes de cepillarse, enjuagarse la boca con agua para ayudar a neutralizar los ácidos», recomienda. El doctor Andrej Bozic coincide con esta recomendación, subrayando la importancia del equilibrio ácido-base en la boca. «El esmalte dental es resistente, pero no invulnerable. Los cepillados inmediatos tras ingerir cítricos, refrescos, café o alcohol pueden acelerar el desgaste y provocar erosión dental irreversible», explica.

«El error que todos cometen al lavarse los dientes»

Según el Colegio de Higienistas de Madrid, el pH de la boca debe oscilar entre 6,8 y 7. Sin embargo, «la ingesta continua de azúcares, bebidas carbonatadas o el vómito recurrente altera este equilibrio, haciendo que el entorno bucal se vuelva ácido y, por tanto, agresivo para los dientes», explica la doctora Tricia Quartey.

El pH ácido provoca la desmineralización del esmalte, un proceso que debilita la superficie de los dientes y facilita la aparición de manchas, sensibilidad e incluso fracturas. La saliva, que contiene bicarbonato y otras sustancias reguladoras, actúa como un buffer natural que ayuda a restaurar el pH y proteger la dentadura. Por eso, los expertos recomiendan esperar a que la saliva haga su trabajo antes de cepillarse los dientes.

Cómo restaurar el pH después de comer

Existen varios trucos sencillos para neutralizar la acidez y proteger los dientes. La primera es enjuagarse la boca con agua después de ingerir alimentos ácidos para diluir los ácidos y ayudar a que el pH vuelva ó niveles seguros.

Otra opción es consumir alimentos alcalinos que contrarresten la acidez. Entre los más recomendados se encuentran el queso curado, el arroz o la manzana. Además de sus propiedades alcalinizantes, estos alimentos favorecen la producción de saliva.

Cabezas también recuerda la importancia de una correcta técnica de cepillado: «No se trata sólo de esperar el tiempo adecuado, sino de hacerlo de manera correcta, con movimientos suaves y utilizando pasta con flúor que fortalezca el esmalte».

Luis Cabezas enfatiza que la educación en higiene bucal es esencial desde la infancia. Enseñar a los niños la importancia de esperar a lavarse los dientes, combinarlo con una dieta equilibrada y entender el impacto de la acidez, puede prevenir problemas a largo plazo.

Elementos indispensables

Mantener una buena higiene bucodental requiere contar con los elementos adecuados. En primer lugar, el cepillo eléctrico elimina entre un 20 % y un 60 % más de placa bacteriana que el cepillo manual, lo que contribuye a reducir significativamente el riesgo de padecer gingivitis. El cabezal se debe colocar en un ángulo de 45 grados con respecto a las encías, sin ejercer presión, simplemente guiando el cepillo por todos los dientes y cambiando de cuadrante cada 30 segundos.

Asimismo, la pasta dental fluorada es imprescindible, ya que el flúor remineraliza el esmalte y combate la placa, evitando la aparición de caries. La concentración recomendada es de 1.000 ppm hasta los siete años y de 1.450 ppm a partir de esa edad, aunque el dentista puede prescribir concentraciones mayores en casos específicos. Para completar la limpieza, los cepillos interdentales y la seda dental resultan esenciales, ya que eliminan la placa y los restos de alimentos en los espacios entre los dientes, áreas inaccesibles para el cepillo convencional.

Errores a evitar

Uno de los errores más habituales es no lavarse los dientes lo suficiente. Muchas personas creen que un cepillado rápido por la mañana y por la noche es suficiente, cuando en realidad se recomienda dedicar al menos dos minutos a cada cepillado, cubriendo todas las superficies dentales: externas, internas y de masticación.

Otro fallo común es utilizar un cepillo en mal estado. Los cepillos con cerdas desgastadas pierden eficacia, y el uso prolongado del mismo cabezal aumenta la proliferación de bacterias. La recomendación de los expertos es cambiar el cepillo cada tres meses.

Otro error frecuente es descuidar la limpieza de la lengua. La lengua acumula bacterias que causan mal aliento y pueden afectar la salud general de la boca. En resumen, evitar estos errores es clave para mantener dientes y encías sanos. Adoptar una buena higiene bucodental es clave para tener una boca saludable y prevenir complicaciones futuras.