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La higiene bucodental es la rutina diaria que dedicamos al cuidado de nuestros dientes. Mantener una buena higiene bucal asegura una dentadura saludable y previene problemas como caries, mal aliento y enfermedades de las encías, como la gingivitis. Ahora bien, cepillarse los dientes todos los días no siempre significa que se esté haciendo correctamente.
Elegir el cepillo adecuado, ya sea manual o eléctrico, y complementarlo con el uso de seda dental y colutorios, es fundamental. Las cerdas del cepillo también deben adaptarse a la sensibilidad de las encías para evitar lesiones.
Consejos para una buena higiene bucodental
Pedro Ferreira, dentista de Prime Dental Clinic, ha explicado en la revista portuguesa especializada en belleza Máxima los momentos más recomendables para realizar la higiene bucal. Según Ferreira, es fundamental cepillarse los dientes al menos dos veces al día: la primera vez por la mañana, después del desayuno, y la segunda, antes de ir a dormir.
Las recomendaciones del National Institute on Aging, parte de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., coinciden con las de Ferreira, aconsejando cepillarse dos veces al día con pasta dental que contenga flúor. Además, para prevenir caries, es crucial usar hilo dental regularmente y someterse a revisiones y limpiezas dentales periódicas con especialistas.
Otras sugerencias incluyen dejar de fumar y mantener una dieta equilibrada, aunque estas prácticas parezcan no estar directamente relacionadas con la salud bucodental.
Claves para elegir el cepillo
No existe una ciencia exacta para determinar si es mejor un cepillo manual o eléctrico, pero hay algunas consideraciones importantes para tomar una decisión acertada.
Las cerdas son esenciales para limpiar los dientes a fondo, eliminando sarro y agentes infecciosos. Las cerdas deben ser suaves para evitar dañar el esmalte dental y las encías. La mayoría de los odontólogos recomienda cepillos de cerdas suaves o extra suaves, incluso para personas sin encías sensibles, ya que estos cepillos son igual de efectivos que los de cerdas duras, pero menos abrasivos.
Asimismo, el cepillo de dientes debe ajustarse al tamaño de la boca. Un cabezal de aproximadamente 2,5 centímetros de largo y 1,25 centímetros de ancho es ideal para un cepillado efectivo. Se prefieren los cepillos de textura mediana o de cabeza pequeña, ya que permiten alcanzar todas las áreas de la boca, incluidos los molares posteriores.
Por otro lado, es esencial cambiar el cepillo de dientes cuando las cerdas están desgastadas. Además, después de padecer enfermedades, especialmente las relacionadas con virus y bacterias, se debe desechar el cepillo antiguo para evitar el riesgo de reinfección. En general, se recomienda cambiar el cepillo cada tres o cuatro meses, ya que un cepillo desgastado no limpia eficazmente.
Cómo cepillarse lo dientes
Para cepillarse los dientes correctamente, es esencial seguir algunas pautas específicas. Primero, coloca el cepillo en un ángulo de 45 grados respecto a la línea de las encías y realiza movimientos horizontales para limpiar a lo largo de la línea de las encías. Luego, limpia los dientes posteriores con movimientos circulares y asegúrate de alcanzar todos los rincones. Después, utiliza seda dental para limpiar los espacios interdentales y no olvides limpiar también la lengua para prevenir el mal aliento.
Además, existen varios mitos relacionados con la higiene bucodental. Por ejemplo, es recomendable cepillarse después de cada comida para mantener el equilibrio del pH bucal, aunque es crucial esperar unos veinte minutos después de comer para evitar dañar el esmalte. También es importante cuidar las encías con cepillados suaves para prevenir la gingivitis, y utilizar herramientas como hilo dental y colutorio para una limpieza completa.
La importancia del irrigador dental
El irrigador dental es un dispositivo diseñado para realizar una limpieza profunda de la boca mediante la expulsión de agua a presión. A diferencia del cepillado convencional, este aparato alcanza áreas de difícil acceso como los espacios interdentales, puentes o implantes dentales, complementando así la rutina de higiene bucal diaria.
Es fundamental entender que el irrigador dental no debe reemplazar al cepillado, sino complementarlo. Después de cepillarte los dientes y utilizar hilo dental, se recomienda utilizar el irrigador para una limpieza más completa. Es importante ajustar la presión del agua de manera gradual para evitar molestias o daños en las encías, siguiendo un patrón que cubra todas las superficies dentales y los espacios entre los dientes.
Utilizar el irrigador dental de manera adecuada proporciona múltiples beneficios para la salud bucal, como mejorar la higiene general, prevenir enfermedades como la caries y la gingivitis, eliminar la placa bacteriana y reducir el riesgo de mal aliento. Es una herramienta recomendada por profesionales dentales para mantener una boca saludable y limpia.
El irrigador dental es una herramienta efectiva para la higiene bucodental, recomendada especialmente en casos como ortodoncia, enfermedades periodontales, implantes dentales y sensibilidad dental. Su capacidad para limpiar áreas difíciles de alcanzar con el cepillado convencional lo hace beneficioso para mantener una boca sana y prevenir problemas dentales.