Piensa el ladrón que todos son de su condición

Editorial

¿Se acuerdan ustedes de la diputada socialista en la Asamblea de Madrid que acusó sin pruebas -como ella misma reconoció- al hermano de Isabel Díaz Ayuso de ir «por los hospitales diciendo a qué empresas hay que contratar»? Se llama Carmen López y es la madre de una de las presuntas implicadas en la trama de corrupción que ha provocado la dimisión del secretario de UGT de Madrid, Luis Miguel López Reillo. Su renuncia se ha producido después de denunciar ante la Policía Nacional la supuesta desviación irregular de al menos un millón de euros al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), una trama en la que estaría implicada la hija de la diputada socialista, que es administrativa del sindicato. No lo dice, por supuesto, OKDIARIO, sino el que fuera máximo responsable del sindicato UGT en Madrid.

El colmo de la hipocresía es acusar de corrupción, sin una sola prueba -dijo que se hacía eco de rumores- a la familia de la presidenta madrileña, cuando las presuntas irregularidades están, en todo caso, en su propia familia. A Carmen López, diputada regional del PSOE, habría que recordarle aquello de que «piensa el ladrón que todos son de su condición», al margen de que, como no podría ser de otra manera, haya que respetar la presunción de inocencia de su hija y esperar a que las investigaciones confirmen si efectivamente participó en la trama denunciada por el hasta ayer secretario general de UGT de Madrid.

Con independencia de como concluyan las pesquisas policiales, lo cierto es la izquierda tiene una especial propensión a ver la paja en el ojo ajeno  (mucho más si se trata de Isabel Díaz Ayuso) y a no ver la viga en el propio. A la diputada Carmen López habría que recordarle que acusar sin pruebas es una infamia. Y que antes de denunciar falsamente la porquería de los otros, lo más prudente y sensato es mantener limpia tu propia casa.

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