Óscar al sectarismo para el defraudador Pedro Almodóvar

Pedro Almodóvar

Que Pedro Almodóvar, habitual usuario de la sanidad privada y defraudador a Hacienda -tuvo sociedades en el paraíso fiscal de Panamá -, cargue contra Isabel Díaz Ayuso a cuenta de la sanidad pública madrileña y utilice el altavoz de los Premios Feroz celebrados en Zaragoza para arremeter contra el Gobierno madrileño no es ninguna novedad. El director manchego tiene sus obsesiones y, entre ellas, en lugar preferente, está un PP que es para Almodóvar la encarnación del diablo. Lo que pasa es que los datos desmienten las sectarias palabras de Almodóvar. Porque si comparamos los datos de la sanidad pública en Aragón, donde gobierna el PSOE y desde donde lanzó el cineasta su andanada contra Ayuso, en la comunidad presidida por el socialista Javier Lambán la media de espera para una operación es de 151 días, mientras que en Madrid es de 65. Es decir, que un madrileño espera tres meses menos para una operación que un aragonés.

Respecto al porcentaje de pacientes que espera más de seis meses para una intervención quirúrgica, en Aragón es del 25,9%, mientras que en Madrid es el 5,4%, es decir, el número de pacientes que están esperando más de medio año para operarse en Aragón quintuplica el de Madrid. Podíamos seguir ofreciendo cifras, pero por no cansar al lector pasaremos a Castilla-La Mancha, territorio natal y afectivo de Almodóvar y donde también gobierna el PSOE. Pues ahí van: el tiempo medio de espera en este territorio para una operación quirúrgica es de 111 días, sustancialmente más que en Madrid. Y el porcentaje de pacientes con más de seis meses de espera es del 28,3, el mayor de toda España.

Pedro Almódovar, sin embargo, sólo se refirió a Madrid. La inquina que le tiene al PP de Ayuso es superior a sus fuerzas, pero el problema es que es muy fácil pillar a un sectario. Se va uno a las estadísticas del Ministerio de Sanidad, que no será un organismo sospechoso para Almodóvar, y la realidad desmonta en un suspiro al mentiroso. Infórmate antes de hablar, Pedroooooo.

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