Opinión

Oh, pobret yihadista!

  • Teresa Giménez Barbat
  • Escritora y política. Miembro fundador de Ciutadans de Catalunya, asociación cívica que dio origen al partido político Ciudadanos. Ex eurodiputada por UPyD. Escribo sobre política nacional e internacional.

La Cataluña decadente y suicida consiguió la presencia en el Congreso de Mohamed Houli, un terrorista condenado a 43 años por su participación en los atentados de Barcelona y Cambrils del año 2017 que dejaron 16 muertos y más de un centenar de heridos. Como sabe el tipo que muchos paseos más no va a tener, pero agradecido por la oportunidad de visitar Madrid, procuró quedar bien con esos señores de Barcelona que le habían llevado, pues nunca se sabe. Y cantó el aria que más iba a gustarles: «El CNI tenía conocimiento de las intenciones del imán».

Ese imán es Abdelbaki es Satty, de Ripoll y cerebro de los atentados del 17-A. «Lo digo ahora y no lo decía antes por miedo a las represalias o que me pudiera perjudicar, pero ya estoy condenado y no tengo nada que perder», añadió, pero reconociendo que se basaba en una «conjetura». El nivel de ignominia fue tan alto que hasta el diputado de ERC Francesc Marc-Álvaro echó balones fuera, asegurando que su intención no era que «que se buscara y se investigara quién dejó que el imán hiciera lo que quisiera». Eso sí: la comparecencia de un yihadista en el Congreso fue obra de Junts, ERC y el PSOE, ese partido de estado, que firmaron la petición conjuntamente.

Cataluña representa lo peor de ese mundo woke (identidades, agravios y resentimientos históricos mayormente ficticios) que tantos estragos está causando y que va a provocar una reacción que va a costar muy probablemente que aparezcan fuerzas en sentido contrario tan irracionales como la suya. Se lo están buscando. Y, si les parece exagerado, vuelvan a paladear el momento estelar en el que la parlamentaria de Junts, Pilar Calvo, presentadora estrella de los deportes de TV3 hace bastantes años, llegó a solidarizarse con el yihadista en el Congreso. «Lamento que un chico de 20 años se destrozase la vida de esta manera», empatizó frívolamente olvidando a los muertos en las Ramblas y a sus familias. Esas sí bien destrozadas. Todo sea, escarlatísticamente, por no volver a pasar hambre. Como los otros.

¡Pobret yihadista! Una pena que «se destrozara la vida» habiéndose podido integrar. Como su hermana, sin ir más lejos. La comprensiva diputada Calvo no dejó de aprovechar la ocasión y darle la enhorabuena por la reciente beca que se le ha concedido, definiéndola como buena estudiante y un «ejemplo de integración». La misma Silvia Orriols, supuestamente «islamofóbica» y como alcaldesa de Ripoll, le entregó junto a otro estudiante la Undécima Beca a la Excelencia Condal Vila de Ripoll del grado de Enfermería. Y no puedo dejar de pensar en los «enfermeros asesinos» de Sidney, de los que hablé la semana pasada. Quizá no hubiera estado mal hacerles unas preguntas básicas antes de darles ningún premio. Que luego pasa lo que pasa. Fíjense: el pobret yihadista intervino en catalán y castellano. O sea, que se educó gratuitamente en Cataluña y tuvo la correspondiente sanidad gratis y el resto de las prestaciones sociales. Y, como en el caso de los enfermeros australianos, no por ello dejó las obsesiones de su cultura de lado ni aprendió nada sobre derechos humanos.

Pero ¿qué valor van a dar a su cultura de adopción si, por ejemplo, en Tarrasa ridiculizan un año tras otro al clero católico? Miren el cartel de Carnaval de este año del ayuntamiento. Aunque en muchas localidades de Cataluña el Islam pronto será mayoritario, aún se ceban en los clérigos de toda la vida. En este caso un obispo o parecido, con tacones de drag y presentando el trasero (a saber por qué) en pompa. Sin duda unos tipos valientes los de Tot per Terrassa (en español, Todo por Tarrasa) partido político cuyo presidente, Jordi Ballart i Pastor, creó después de abandonar en 2017 la alcaldía del ayuntamiento y su entonces partido, el PSC, ¡al oponerse a la aplicación del artículo 155 en Cataluña!

No tenemos remedio.

El cartel del carnaval de Tarrassa.