Opinión

Ante la «modalidad de ruptura» de Puigdemont con Sánchez

Tras Gaza y el genocidio del aborto, ahora toca la DANA un año después de la tragedia valenciana y la fuga de Paiporta, y una vez que el cambio horario ya se produjo la madrugada de este domingo. Así que, como dijo la portavoz de Puigdemont en el Congreso, quizás le haya llegado a Sánchez la «hora del cambio», que al parecer decidirán los militantes de Junts en las urnas, este miércoles.

Entre tanto, Sánchez se dedica a hacer de oposición en las comunidades autónomas donde van a celebrarse elecciones más pronto que tarde. El domingo le tocó el turno a Castilla y León para desde allí decir que el apoyo de Feijóo y Abascal a la continuidad de Mazón al frente del Gobierno de la Generalitat valenciana es «una indecencia». Esto exige aclarar si el Gobierno de España no tiene ninguna responsabilidad, por acción u omisión, ante una catástrofe de estas características, recordando lo que Sánchez dijo: «Si necesitan ayuda, que la pidan», como si esa tragedia le fuera ajena.

Y, mientras, lleva tres ejercicios consecutivos violando flagrantemente el artículo 134 de la Constitución, no presentando en el Congreso el proyecto de ley de Presupuestos. Y cuando criticaba al del PP diciendo que un Gobierno sin ellos «no tiene nada que gobernar», ya que es un «objeto inútil».

Ahora, Moncloa y Ferraz contenían el aliento a la espera de la decisión que tomara hoy Puigdemont desde Perpiñán, acerca de su «modalidad de ruptura» con el sanchismo. Todo lo cual sin duda es una prueba de la gran decencia de su conducta política en contraposición a la de Feijóo y Abascal.

Insólita, indigna e indecente es la situación política en la que está instalada España, con Otegi y Puigdemont teniendo en sus manos al Gobierno. Y que el fugitivo de Paiporta se atreva a calificar de esa manera a los líderes de la oposición le retrata nuevamente.

Hasta el canciller alemán Friedrich Merz ha desmentido su afirmación de que estaba dispuesto a replantear su posición respecto a la petición de que el catalán sea lengua oficial en la UE. Por cierto, el catalán, al igual que el gallego o el euskera, o el valenciano y el mallorquín, son lenguas españolas y cooficiales en sus respectivas comunidades, pero no son lenguas oficiales en el conjunto de España, ya que la única lengua española oficial del Estado es el castellano. Y no siendo oficial en el conjunto de España, pretender que lo sea en la UE es un auténtico despropósito.

Con aquella manipulación quería aplacar a Puigdemont engañándole, y el tiro le ha salido por la culata. Estos días ya le han tomado la medida al valor de su palabra en Washington, en Berlín y en Waterloo. En Caracas todavía mantiene la estrecha relación con su querido Maduro a través de su embajador internacional extraordinario, aunque no sabemos por cuánto tiempo.

En el inmediato horizonte -si Puigdemont le dejara- ya tiene el Francomodín para conmemorar el 50 aniversario de su fallecimiento y el sexto de su exhumación en aquella «ceremonia de castigo», en la Basílica Pontificia del Valle de los Caídos. Con la entonces titular de Justicia Dolores Delgado de oficiante principal, acompañada de ocho concelebrantes más, entre los que no podía faltar Félix Bolaños, entonces todavía no triministro .

Así que si están decididos a aplicar su «democrática memoria» por imperativo legal, habrá que recordarles episodios en verdad históricos, por imperativo de conciencia. De todas formas, que no duden los componentes del actual Frente Popular socialcomunista sanchista -y sus aliados parlamentarios- que van a tener un destacado papel en la Historia de España. Y con las siglas del PSOE marcadas de forma indeleble en la memoria, ni histórica ni democrática, sino en la personal de la conciencia de generaciones de españoles.

En estos días quizás se decida la suerte inmediata de Sánchez, porque la mediata, en todo caso, está muy próxima también. Y la primicia de ser el primer Presidente del Gobierno en comparecer ante una comisión de investigación: por el caso Koldo de presunta corrupción, y que le afecta directamente. Teniendo que decir la verdad y con la imagen del ex presidente Sarkozy ingresando en prisión para cumplir su condena.