Opinión

Más que una mayoría absoluta, lo del PP en Andalucía es una revolución social

Lo ocurrido en Andalucía va mucho más allá de la aplastante victoria por mayoría absoluta lograda por el PP de Juanma Moreno. Estamos ante una transformación sin precedentes en un territorio donde los populares han logrado dar la vuelta a una comunidad que no hace tanto era feudo hegemónico del socialismo y su mayor granero de votos. Estamos ante una auténtica revolución social, porque el centroderecha aventaja a la izquierda en catorce puntos y más de 800.000 votos. Por supuesto, es una obviedad, que los andaluces han apoyado de manera mayoritaria la gestión de Moreno y castigado con dureza al socialcomunismo -el PSOE logra su peor resultado histórico y los partidos a su izquierda se estrellan con estrépito-, pero más allá de la confianza unánime que ha logrado concitar el presidente de la Junta de Andalucía, lo sustancial es que este resultado retrata -por mucho que la izquierda afirme que no es extrapolable- la situación política de España y el auge del centroderecha frente al galopante declive del socialcomunismo. El PP arrasa tras engullir totalmente a Ciudadanos y Vox logra subir ligeramente, aunque muy por debajo de su expectativas.

Sería injusto responsabilizar al candidato socialista, Juan Espadas, del varapalo socialista, porque el culpable no es otro que Pedro Sánchez, el hombre que ha conducido a su partido a un fracaso sin paliativos. De las seis elecciones celebradas en la presente legislatura, el socialismo ha sido destrozado en cinco y sólo ha conseguido una inútil victoria en Cataluña. Su obsesivo afán de permanecer en el poder a toda costa y de unir su destino político a los enemigos de España ha encontrado su reflejo en las urnas. Si el socialismo está en caída libre, a su izquierda el panorama es igualmente desolador. Ni Pedro Sánchez ni  tampoco Yolanda Díaz, que ha fracasado con estrépito en su tutela de Por Andalucía, están en condiciones de ofrecer nada a los españoles. Y los resultados de Andalucía lo confirman: el socialcomunismo agoniza y sólo cabe esperar que el tiempo que siga gobernando no termine por destrozar mucho más de lo que ya ha destrozado.