Lo de Tebas recuerda a La Cosa Nostra

La obsesión enfermiza del presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, por acabar con el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha quedado de manifiesto con las grabaciones publicadas por OKDIARIO. Pero hay más, mucho más: en una reunión en la que Tebas estaba presente, Gerardo González Otero, ex secretario general de la RFEF y el hombre al que el presidente de la Liga quiere colocar de marioneta en sustitución de Rubiales, llegó a asegurar que iba a presionar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el tema de su «tesis doctoral».
En la nueva grabación que hoy publica OKDIARIO se escucha a Gerardo González asegurar que «el tema de la tesis doctoral… y vamos a sacar hasta que va al gimnasio del COE de Pedro Sánchez. No te preocupes que va a salir todo». Y es que Tebas y su cuadrilla estaban convencidos de que Sánchez apoya a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, que a su vez apoya a Luis Rubiales, porque el hijo del presidente del COE formó parte del tribunal que concedió la calificación de sobresaliente «cum laude» al presidente por su tesis doctoral. Lo cierto es que el surrealista plan avalado por Tebas se tradujo en la publicación de informaciones que vinculaban la tesis del presidente al hecho de que Sánchez, por su buena relación con Alejandro Blanco, no diera luz verde a la inhabilitación de Luis Rubiales. Es decir, cuando Gerardo González le aseguraba a Tebas que «no te preocupes que va a salir todo», no iba de farol.
En la grabación, Tebas asegura que Blanco es «un elemento a matar» porque «es el que le está salvando el culo” a Rubiales. En la misma participan, entre otros, el presidente de la Liga y Gerardo González Otero, ex secretario general de la RFEF. Él fue quien verbalizó el plan diseñado para seguir filtrando a los medios de comunicación todo tipo de información sensible sobre Rubiales tras los audios procedentes de su teléfono móvil privado.
Todo es tan chusco, tan obsceno, tan presuntamente delictivo que cualquiera diría que Javier Tebas, en lugar de velar por los intereses de los equipos de la Liga que le pagan el sueldo, ejerciera como uno de esos capos mafiosos que deciden qué elementos «hay que matar». Sencillamente, vomitivo.