Opinión

Ladrillazo fiscal de Sánchez al alquiler entre familiares

Estimular la vivienda en alquiler es comprensible, pero no a costa de castigar con más impuestos a los propietarios que decidan alquilar su vivienda a un hijo, hermano o sobrino. Eso es sectario y discriminatorio. La proposición de Ley que regula, entre otras cuestiones, los alquileres entre familiares impondrá un mínimo obligatorio que se debe declarar.

Y aquí está la trampa, porque la reforma del artículo 24 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, regula cómo se calcula el rendimiento del capital inmobiliario, es decir, lo que se declara cuando alquilas un inmueble. Hasta este momento, el contribuyente declaraba como ingresos lo que efectivamente cobra de alquiler, pudiéndose deducir los seguros, las reparaciones o IBI, entre otras cosas. No existía un mínimo obligatorio de ingresos a declarar en alquileres a familiares, aunque Hacienda podía revisar si el alquiler era ficticio o inferior a valor de mercado, pero eso requería comprobación, no era automático.

Ahora el PSOE introduce la obligatoriedad mínima a declarar en este tipo de alquileres. Ese mínimo es el resultado de aplicar un porcentaje medio efectivo, que en la práctica es el mismo que la renta imputada: 1,1% o 2% del valor catastral. «Cuando el adquirente, cesionario, arrendatario o subarrendatario del bien inmueble o del derecho real que recaiga sobre el mismo sea el cónyuge o un pariente, incluidos los afines, hasta el tercer grado inclusive del contribuyente, el rendimiento neto total no podrá ser inferior al que resulte de aplicar el porcentaje medio efectivo (…) al valor catastral del inmueble (…)», reza la propuesta socialista.

Las consecuencias son evidentes: Sánchez castigará fiscalmente el arrendamiento a un hijo, hermano o sobrino. Además, se establecen medidas como una subida del IVA de los pisos turísticos al 21%, para que tributen como la actividad económica que son, así como gravar más la vivienda vacía, entre otras. En suma, que para fomentar a la manera socialista el alquiler, Sánchez castiga a las familias. Cosa distinta, claro, es la familia socialista, que nunca pierde.