Hezbolá, terrorismo «made in Spain»
Las imágenes de un arsenal de Hezbolá en el sur de Líbano, publicadas por el Ejército israelí, muestran varias cajas de armamento apiladas y un proyectil del tipo CSR-106 para cañones sin retroceso M40. Las instantáneas obligan a una explicación para determinar cómo es posible que este tipo de armamento «made in Spain» termine en manos de los terroristas. Es cierto que esta clase de munición se ha fabricado por parte de Estados Unidos desde la guerra de Vietnam bajo la licencia de Watervliet Arsenal, pero no lo es menos que esa designación, CSR-106, pertenece a los que fabricó la compañía Santa Bárbara Sistemas, empresa pública española de armamento hasta que fue privatizada y adquirida en 2001 por el grupo General Dynamics.
La caja incluye, además, aparte de la designación específica del armamento, detalles en español como «2 disparos», «Espoleta» o «Lote 72». Se desconoce de momento cómo pudo llegar este material -que Hezbolá utiliza contra carros blindados israelíes e incluso contra infantería- a manos del grupo terrorista, pero lo que no admite ningún tipo de dudas es que España ha realizado con la autorización del Gobierno de Pedro Sánchez exportaciones de material de doble uso a Irán por importe de más de 2,6 millones de euros desde que el líder del PSOE aterrizara en la Moncloa.
Se entiende por «doble uso» aquellos productos, incluidos el soporte lógico (software) y la tecnología, que puedan destinarse a usos tanto civiles como militares o usos nucleares. En 2019 esas exportaciones de empresas españolas a Irán por 1,2 millones incluyeron «repuestos de válvulas para los sectores del petróleo, petroquímico y del gas, así como liofilizadores esterilizables para el sector farmacéutico», según informó la Secretaría de Estado de Comercio del Gobierno de Sánchez.
No es la primera vez que material bélico español aparece en poder de Irán o sus organizaciones terroristas satélites:en 2009 se produjo un hallazgo similar tras la detención de un buque iraní cargado de armas rumbo a Líbano para suplir a Hezbolá. La designación del armamento era exactamente la misma, por lo que parece que el origen de esta munición sea Irán. Sin embargo, aún se desconoce de cuando puede ser esta partida española, si fue vendida directamente a Teherán y cuándo, o si fue exportada a un país de Latinoamérica y terminó en manos iraníes. «De cualquier hallazgo de este tipo se elabora un informe oficial», explican fuentes israelíes. Lo que está claro es que Israel -que no el Gobierno- será capaz de desvelar el misterio. Tiempo al tiempo.