Opinión

Los eurócratas amenazan con adulterar las elecciones en Alemania

En Bruselas temen que los euroescépticos de Alternativa por Alemania arrasen en las elecciones

Cuando en una película de guerra o de espías, el oficial alemán (o el terrorista árabe, si estamos actualizados) pronuncia las palabras “tenemos métodos para hacerle hablar”, sabemos que al chico bueno le van a pasar cosas malas y dolorosas. Y cuando un político dice que “tenemos herramientas para conseguirlo”, a los ciudadanos-contribuyentes se nos eriza el pelo de la nuca.

Thierry Breton, que libró una dura guerra contra Elon Musk, el dueño de X, desde su puesto en Bruselas de comisario del mercado interior, ha declarado en una televisión francesa que la UE dispone de medios para hacer cumplir sus leyes, que lo hizo en Rumanía, en alusión a la anulación de las elecciones presidenciales por el Tribunal Constitucional (formado por magistrados nombrados por los principales partidos, al igual que en España), y que también lo puede hacer en Alemania, donde se celebrarán elecciones legislativas federales el 23 de febrero, en las que el partido AfD puede ascender a la condición de segunda fuerza parlamentaria, con más de 150 escaños.

Ursula von der Layen, a quien no le han votado para presidenta de la Comisión más que las cúpulas de los socialistas, los populares, los liberales y los verdes, amenazó a los italianos si no votaban correctamente con aplicarles las “herramientas” que estaban usando contra Polonia y Hungría.

La sensibilidad de los dirigentes de la UE no aparece ante la proposición de ley del PSOE para eliminar la acusación popular y dar impunidad a la familia Sánchez y a otros socialistas implicados en casos de corrupción, como tampoco brotó por la amnistía inconstitucional concedida por Pedro Sánchez a los golpistas catalanes. De las elecciones anuladas en Rumanía y de las manifestaciones de protestas, la prensa española no ha vuelto a informarnos. No conocemos esas pruebas de manipulación descubiertas por los servicios de información rumanos ni tampoco la nueva fecha de celebración… ni siquiera si se permitirá acudir a todos los candidatos.

Seamos sinceros. Las injerencias extranjeras en elecciones son frecuentes desde hace mucho tiempo. Sin remontarnos a la posguerra europea, cuando Washington y Moscú bombeaban dinero y técnicos a diversos partidos, podemos citar la advertencia de Barack Obama a los británicos en 2016 de que el voto favorable al ‘Brexit’ tendría consecuencias negativas para ellos; las quejas de los demócratas sobre intervenciones rusas en redes sociales favorables a Donald Trump; o los atentados del 11-M en España.

La novedad a la que estamos asistiendo es la anulación de elecciones una vez que el conteo de los votos da un resultado contrario a los deseos de los poderosos. Entonces, el veredicto del pueblo no vale y a quien es el supuesto soberano en las democracias occidentales se le considera oficialmente idiota.

¿Nos están preparando Bruselas y los ‘partidos del consenso’ a los europeos para asistir a un golpe de estado institucional ‘por el bien de la democracia’ en Alemania? Si estos son los valores europeos, ¿quiénes van a defenderlos, además de los que los interpretan, aplican y viven de ellos? Tenemos, por tanto, la confirmación de que hay un ‘súper gobierno no electo’ situado encima de los pueblos por boca de uno de los que suponemos forma parte de sus jerarcas. Todos los europeos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros.

Esta misma semana, hemos conocido otro límite a la libertad, en este caso de expresión. Marck Zuckerberg, principal propietario de Meta, anunció que suprimirá el uso de empresas de verificación debido a su sesgo ideológico (izquierdista, claro) y, luego, reconoció que diversos cargos del Gobierno de Joe Biden le presionaban para que se borrase determinado contenido de Facebook, aunque fuese cierto. Es decir, existía la censura en las redes sociales, incluso manejada desde la Casa Blanca.

La primera semana completa de enero comenzaba con la fiesta de los Reyes Magos. ¡Y menudo regalo han dejado éstos a los tildados de ‘conspiranoicos’ por los creadores de opinión certificados por empresas de verificación! El regalo de tener razón.