Opinión

Esa Corina corajuda que defiende la libertad

María Corina Machado (MCM) es la mujer de moda en el mundo. Frente a la arbitraria y fascistoide eliminación como candidata a la presidencia de Venezuela por orden directa de Maduro, la brutal represión en su entorno tras el triunfo electoral hace un mes, el riesgo cierto de ser eliminada físicamente por la dictadura, Corina da ejemplo de coraje, ¡qué envidia!, al frente de una sociedad movilizada y harta ya de tanta mentira, arbitrariedad del poder y hambre. ¡Qué envidia!

La dupla Maduro/Cabello no puede ocultar el pavor que les produce la persistencia de la líder opositora y por eso intentan quebrarle a toda costa, ahora con permanentes amenazadas y al mismo tiempo haciendo desaparecer y torturar a su entorno político más próximo. ¡Para eso tienen como asesores a la temible organización cubana Grupo Avispa, especialistas en hacer desaparecer opositores una vez torturados hasta el paroxismo!

Ahí está Corina día a día encima del autobús, rodeada de un pueblo admirable, desafiando a los genocidas y las maletas de la Delcy, la invitada de Sánchez/Abalos y sus 40 maletas, el mismo número que los ladrones de Bagdad. Tiene la actitud que sólo nace de la verdad y la justicia. Ese es su principal agarradero. Los venezolanos del interior desesperados, salvo las élites chavistas, le han perdido el miedo al sátrapa y sus refinados métodos de represión (algo de esto sabe Monedero) y no parece que tengan reparo en seguir dándole a la cacerola, entre otras cosas, porque nada tienen que perder ya.

Con decir que a Maduro sólo le quedan el apoyo (más allá de los intereses personales de Putin y Xi Ping) de países como Cuba, más hambre todavía; Nicaragua, más hambre y represión aún y Bolivia, tal para cual, está casi todo dicho. Al menos dos dirigentes izquierdistas de Hispanoamérica, el chileno Boric y el colombiano Petro están demostrando una miaja de sentido democrático y sienten vergüenza de tener un compadre como el ex conductor de bus, que ni siquiera nació en tierra venezolana.   

La lucha por la libertad de los venezolanos que desean emanciparse de un régimen feroz me produce como ser humano y español mucha envidia. Y aún más, como profesional, ver a los colegas periodistas de aquel país plantar cara cuando aquí hay otros que no se les cae la cara de vergüenza en seguir defendiendo un robo político, una represión sangrienta y un engaño masivo.