La derrota de Iglesias
Graham Greene, en una maravillosa novela, El Final de la Aventura, escribió que “el fracaso es también una forma de muerte”. No he encontrado mejor idea para definir a un traficante de mentiras como Pablo Iglesias, próximo a su ocaso político.
Tal titiritero indecente ha de saber que, de fracasar en su intento de ocupar la Presidencia de la Comunidad de Madrid, que hoy ostenta Isabel Díaz Ayuso, habrá perdido su última oportunidad para hacer el necio.
Iglesias va de humillación en ridículo, ni sus tribus, divididas, creen en él. Podemos no existe desde que su líder se convirtió en un nuevo rico. El del moño hortera ha perdido toda su credibilidad.
Aunque jure que fue por honor y valor, cualidades de las que carece, tal bicho salió del Gobierno por la puerta de atrás, pues ningún ministro socialista le iba a tolerar tomar decisiones totalitarias que perjudicaran a España. Iglesias, ¡kaputt! Un inútil menos.
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